Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva destinada a exigir a los hospitales y compañías de seguros que divulguen el precio exacto de sus procedimientos y pruebas médicas, algo que no ocurre en este momento y suele perjudicar a los pacientes.
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“Con esta orden, los hospitales estarán obligados a publicar de una manera clara, directa y accesible los precios que reflejan lo que los pacientes tienen que pagar por sus servicios”, manifestó el mandatario en una comparecencia en la Casa Blanca justo antes de proclamar la iniciativa.
El decreto de Trump pide al Departamento de Salud que redacte una normativa para obligar a los hospitales a revelar en un formato “fácil” para los pacientes los precios de sus cuidados; específicamente, cuánto tendrán que pagar de su bolsillo los afectados y cuándo está cubierto por las aseguradoras.
“Daremos a los pacientes la información que necesitan para buscar los mínimos costos y el máximo cuidado”, prometió Trump.
Esa parte de la orden ejecutiva ha despertado el rechazo de las empresas del sector médico porque consideran que desvelar los precios de sus procedimientos perjudicará la competencia de libre mercado entre las aseguradoras y acabará haciendo que los estadounidenses paguen más por su salud.
En Estados Unidos, no hay un sistema público de salud y los estadounidenses reciben su cobertura médica de varias maneras diferentes, la mitad de la población a través de seguros médicos privados a través de sus trabajos.
En 2010, por iniciativa del entonces presidente Barack Obama (2009-2017), el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley sanitaria -conocida como “Obamacare”- y que, entre otras cosas, obligó a las empresas a ofrecer cobertura médica a sus empleados sin importar las enfermedades que habían padecido en el pasado.
Hasta entonces, algunas compañías de seguros se negaban o pedían más dinero para proporcionar cobertura médica a los estadounidenses con enfermedades previas, ya que su cuidado era más costoso.
Desde que llegó a la Casa Blanca en 2017, Trump ha presionado al Congreso para que anule “Obamacare” y, aunque no lo ha conseguido, sí que ha logrado debilitar esa ley, por ejemplo poniendo fin a los subsidios para las aseguradoras sanitarias, lo que permitía subvencionar cuidados para los más pobres.
No obstante, la ley sanitaria de Obama es muy popular entre los estadounidenses y los demócratas la usaron para hacer campaña durante las elecciones legislativas de 2018.
Esta vez, Trump quiere usar el decreto firmado este lunes para ganar rédito político de cara a las elecciones presidenciales de 2020, en las que optará a un segundo mandato.
El mandatario, cuyo eslogan de campaña de 2016 era “Estados Unidos primero”, aseguró este lunes que la iniciativa pondrá “a los pacientes primero” y beneficiará a los “buenos médicos”.
Según la Comisión Electoral Federal (FEC), durante la campaña de 2016 Trump aceptó miles de dólares de grandes empresas del sector farmacéutico, como la firma Pfizer; pero en abril anunció que, para la campaña de 2020, no aceptará ninguna donación procedente de esas compañías.
Fuente: EFE