Nueva York. Cerca de una tonelada de estatuas, colmillos tallados, bisutería y objetos decorativos de marfil fue destruida el viernes en pleno Times Square de Nueva York, en un operativo empleado por las autoridades para denunciar el contrabando que mata cada año a miles de elefantes.
Bajo las luces de neón de la plaza más célebre del mundo y en medio de los aplausos de los curiosos, las autoridades depositaron los objetos uno tras otro sobre una cinta transportadora que los conducía a una trituradora normalmente usada para destruir piedras.
Los artículos fueron confiscados en su mayoría de una tienda de artículos de arte en Filadelfia (este de EEUU), cuyo propietario fue condenado a prisión.
Esta operación “recuerda al resto del mundo que en Estados Unidos no toleramos los crímenes contra la fauna, especialmente contra icónicos animales que están en peligro”, declaró en el lugar la secretaria de Interior, Sally Jewell.
La funcionaria destacó que, entre 2011 y 2014, la caza furtiva de elefantes en África “alcanzó el mayor nivel jamás registrado. En tres años, unos 100.000 elefantes murieron a causa del marfil”.
También dijo que la demanda de marfil aumenta en todo el mundo y que las redes del crimen organizado ven su comercio como un negocio de bajo riesgo y alto rendimiento.
Durante la destrucción de los objetos de marfil, en medio de la multitud, decenas de manifestantes llevaban carteles que recordaban que, a diario, mueren 96 elefantes víctimas de los cazadores furtivos que trafican sus colmillos.
Un estudio divulgado este jueves en la revista Science indicó además que el comercio ilegal es responsable de la muerte de 50.000 elefantes africanos al año y resulta en el decomiso de 40 a 50 toneladas de marfil.
- Catastrófico declive -
Es la segunda vez que las autoridades estadounidenses organizan una destrucción tan masiva de marfil. En noviembre de 2013, el servicio de protección de fauna y flora (US Fish and Wildlife Service, USFWS), que depende del Departamento de Interior, organizó una destrucción de más de cinco toneladas en Denver, Colorado (oeste).
La operación simbólica del viernes fue coordinada por el USFWS y el departamento neoyorquino de conservación medioambiental, junto a decenas de ONGs de defensa de los animales.
“Hoy no sólo estamos destruyendo este marfil obtenido ilegalmente, también queremos destruir el sangriento mercado del marfil”, dijo Cristián Samper, responsable de la ONG Wildlife Conservation Society (WCS). “Estamos destruyendo la esperanza de los cazadores furtivos de que sacarán provecho erradicando a los majestuosos elefantes de la Tierra”.
La WCS recordó que se han hecho otras acciones similares en el mundo. La primera tuvo lugar en Kenia en 1989, luego se hizo una en Zambia en 1992 y, en los últimos años, la escena se repitió en Gabón, Filipinas, Bélgica, Chad, China, Francia, Congo, Etiopía, Emiratos Árabes y Estados Unidos.
El comercio internacional de marfil está prohibido desde 1989, por tanto es ilegal o está severamente regulado en muchos países. El estado de Nueva York y su vecino Nueva Jersey prohibieron recientemente la venta y comercio de marfil.
El mayor mercado está en China, que es responsable del 70% de la demanda mundial, pero Estados Unidos sigue siendo el segundo mercado del mundo.
“Somos parte del problema, ahora debemos también ser parte de la solución”, dijo Jewell.
De acuerdo a un estudio reciente, la situación es particularmente preocupante en Tanzania, donde la población de elefantes sufrió un “catastrófico declive” en los últimos cinco años: de 109.051 ejemplares en 2009 bajó a 43.330 en 2014, según la ONG especializada Traffic, según la cual la caza furtiva de elefantes es un negocio “de escala industrial”.
Otro estudio reciente mostró que la fuerte demanda de marfil en el mundo permite a un contrabandista africano ganar 3.000 dólares por un par de colmillos de elefante. Esta cifra es mayor al salario anual de muchos africanos.
Fuente: AFP