Washington. El estado de Texas, en Estados Unidos, ejecutó el martes al preso Alvin Braziel, afroamericano de 43 años, por matar a un hombre y violar a su esposa en 1993.
A Braziel lo declararon muerto a las 19.19 hora local (01.19 GMT del miércoles) tras recibir una inyección letal en la prisión de Huntsville (cerca de Houston), según notificó el Departamento de Justicia Criminal de Texas.
Antes de recibir la inyección, Braziel hizo uso de su derecho a unas últimas palabras para disculparse con la mujer a la que violó por “matar a su marido”.
La noche del 21 de setiembre de 1993, después de cenar, los recién casados Douglas y Lora White salieron a dar un paseo por un sendero que rodea la universidad Eastfield College, a las afueras de Dallas (Texas).
De entre los arbustos apareció Braziel, que tenía 18 años, con un revólver y la intención de robarlos, pero los White no llevaban dinero.
Braziel los obligó entonces a arrodillarse y la joven pareja -de 27 años él y 23 ella- empezó a rezar. “¿Dónde esta su Dios ahora?”, se mofó Braziel antes de disparar al hombre en la cabeza y el pecho, de acuerdo a los documentos judiciales.
Acto seguido arrastró a la mujer hacia los arbustos y la violó.
Los crímenes contra los White quedaron sin resolverse hasta que ocho años más tarde, en el 2001, las autoridades conectaron el ADN de Braziel con el obtenido de la mujer tras la violación.
En ese entonces Braziel cumplía condena por una agresión sexual a una chica de 15 años sucedida en 1996.
La de Braziel fue la decimotercera y última ejecución del año en Texas, y la número 24 en todo el país.
Desde que el Tribunal Supremo restituyó la pena de muerte hace cuatro décadas, en EE.UU. han sido ejecutadas 1.489 personas, su mayoría -558- en el estado de Texas.
Florida tiene prevista otra ejecución este jueves, la que será la última del 2018 en Estados Unidos. Jose Antonio Jiménez recibirá una inyección letal por asesinar a una mujer de 63 años durante un robo a su vivienda en 1992.
Fuente: EFE