Su nombre es Samuel Little, pero para el experimentado detective Tim Marcia, este hombre de 79 años “es pura maldad”.
El estadounidense, sentenciado a tres cadenas perpetuas por el asesinato de tres mujeres en el área de Los Ángeles, se encuentra actualmente en una prisión de Texas desde la que ha decidido hablar sobre su pasado criminal.
Little afirma que mató al menos a 90 personas entre 1970 y el 2013, confesión que, de ser cierta, lo convertiría en el asesino en serie convicto con más víctimas en la historia moderna de Estados Unidos.
“Lo creas o no, solo ves el mal unas pocas veces en tu carrera”, le dijo Marcia, del Departamento de Policía de Los Ángeles, al diario The New York Times.
“Mirándolo a los ojos, diría que él era pura maldad”, contó.
Y es que la cantidad de detalles sobre los asesinatos que Little dice haber cometido, la mayoría contra mujeres, ha dejado estupefactos a detectives, policías y fiscales.
“Da miedo la claridad que tiene sobre ciertas cosas después de todo este tiempo. Recuerda nombres y caras”, le contó al diario el detective Michael Mongeluzzo, del condado Marion (Florida), donde ocurrió uno de los asesinatos confesados por Little.
Hasta ahora diversos investigadores a lo largo de Estados Unidos han encontrado pruebas que vinculan a Little en nueve asesinatos de entre todas sus confesiones.
Muchos casos sin resolver que estaban archivados en al menos 14 estados de todo Estados Unidos están siendo desempolvados a la luz de las revelaciones de este hombre.
Las víctimas: mujeres pobres o adictas
Little está encarcelado desde el 2013 en Los Ángeles por el asesinato de tres mujeres entre 1987 y 1989, crímenes por los cuales cumple tres sentencias de cadena perpetua.
Pero en julio pasado, pruebas de ADN confirmaron su implicación en la muerte de Denise Christie Brothers, por lo que fue transferido a la prisión del condado Ector, en Texas.
Allí, un detective identificado por el diario The Washington Post como James Holland se ganó la confianza de Little y logró que hablara sobre sus crímenes del pasado.
El ex boxeador acumuló un centenar de arrestos por delitos como secuestro, violación o robo a mano armada durante cinco décadas.
Se las arreglaba para salir de la cárcel “una y otra vez”, explicó Beth Silverman, la fiscal de Los Ángeles que logró las tres sentencias contra Little.
Las confesiones muestran que Little tenía como víctimas en su mayoría a mujeres, muchas de ellas pobres o con adicciones al alcohol o a las drogas, según los investigadores.
Los casos de ese tipo de víctimas frecuentemente quedan sin resolver en Estados Unidos, lo que pudo haber contribuido a la impunidad de Little durante años.
El estrangulamiento, su marca
Según las fuentes citadas por The Washington Post y The New York Times, el hombre se ganaba la confianza de las mujeres, las golpeaba, abusaba de ellas y las estrangulaba hasta matarlas.
La fiscal Beth Silverman señaló a The New York Times que la motivación sexual era lo que movía a Little, pero añadió que el hombre se ofende si alguien lo llama violador.
Little afirmó que tiene problemas de erección, pero los fiscales encontraron semen en los cuerpos y ropa de víctimas.
“La forma en que obtiene la satisfacción sexual es durante la estrangulación”, le dijo Silverman al diario.
Uno de los casos que confesó Little recientemente es el de Melissa Thomas, de 24 años, cuyo cadáver desnudo fue encontrado en 1996 en un cementerio de Opelousas, Luisiana.
Aseguró que la conoció en la calle y la invitó a su auto a consumir drogas. Aparcaron junto al cementerio y cuando iban a tener relaciones sexuales en el asiento trasero, él comenzó a acariciarle el cuello.
“¿Por qué sigues tocándome el cuello? ¿Eres un asesino serial?”, le preguntó ella, según le contó Little a la detective del caso, Crystal LeBlanc.
Entonces Little se enfureció y decidió matarla.
Para LeBlanc, fue impresionante cómo Little recordaba nombres de calles, bares y la ubicación del cementerio de la pequeña iglesia de Opelousas.
El hombre usaba su fuerza de forma tan desmedida que una de sus víctimas a la que golpeó en el abdomen sufrió la rotura de la columna vertebral.
“Dios sabía todo”
En la historia moderna de Estados Unidos, Gary Ridgway, el “asesino de Green River”, se encuentra en prisión por la muerte de 49 personas en las décadas de 1980 y 1990.
Randy Kraft dijo haber matado al menos a 65, pero está en prisión solo por el asesinato de 16.
“Cuando terminemos, anticipamos que Samuel Little será confirmado como uno de los asesinos en serie más prolíficos en la historia de Estados Unidos”, le comentó Bobby Bland, el fiscal de distrito del condado de Ector, a The New York Times.
Los interrogadores coinciden en que Little no muestra signos de remordimiento, que cuenta todo a detalle, como por ejemplo dónde dejó el cuerpo de cada mujer hace años.
Según la descripción de detectives entrevistados por la prensa, Little habla con entusiasmo sobre sus crímenes y hasta se ríe cuando recuerda detalles. “Es un psicópata carismático”, dicen.
El sargento Mongeluzzo le preguntó cómo se las había arreglado para evitar ser capturado: “Puedo entrar en mi mundo y hacer lo que quiero hacer”, respondió Little en alusión a los barrios pobres con problemas de drogadicción.
A la detective LeBlanc le dijo: “Dios me hizo de esta manera, entonces ¿por qué debería pedir perdón?”, según The New York Times.
“Dios sabía todo lo que hacía”, añadió.
La esperanza de ella y otros detectives es que decenas de casos archivados vean una solución ahora que Little ha decidido hablar sobre todo su pasado.