Thousand Oaks. Los investigadores aún intentan dilucidar qué hizo que un ex infante de Marina se pusiera a disparar en un bar de música country en el sur de California, Estados Unidos, la semana pasada, matando a 12 personas antes de suicidarse de un balazo.
Las autoridades no han dado a conocer qué podría haber llevado a Ian David Long a actuar como lo hizo el miércoles por la noche.
“Una investigación de esta magnitud lleva tiempo, y no es algo que vayamos a ir revelando poco a poco mientras vamos avanzando”, dijo el lunes el sargento Eric Buschow de la policía del condado Ventura. “La gente tiene que tener paciencia”.
El Borderline Bar and Grill seguía cerrado el lunes con cinta policial que indicaba que allí se había cometido un delito. La gente se detenía cerca en un monumento improvisado para las víctimas, el cual incluye 12 cruces blancas grandes con el nombre de cada una de ellas.
Mientras tanto, un funcionario federal al tanto de la investigación le dijo a The Associated Press que Long, de 28 años, publicó mensajes en las redes sociales al menos en dos ocasiones mientras disparaba. Según el funcionario, que habló con la AP a condición de guardar el anonimato porque carece de autorización para declarar sobre la pesquisa, las publicaciones fueron efectuadas con tres minutos de diferencia.
En el primero dijo que otros se preguntarían por qué cometió el ataque, y su respuesta fue: “la vida es aburrida, así que, ¿por qué no?” En la segunda publicación hablaba de que la gente juzgaría si estaba cuerdo o no.
Tanto Facebook como Instagram han retirado las cuentas de Long.
Mientras Thousand Oaks, un suburbio de Los Ángeles, sigue conmocionado por lo ocurrido, algunas personas que conocían a Long han descrito a un hombre cuyos arranques de agresividad se remontaban al menos una década.
Dos entrenadoras en su equipo de pista y campo en la secundaria han descrito a Long como volátil e intimidante.
Los vecinos han dicho que solían escuchar frecuentemente gritos y ruidos de golpes que provenían de la casa en la que Long vivía con su madre. En una ocasión el alboroto era de tal magnitud que un vecino que vivía en la casa de al lado les llamó a las autoridades, que evaluaron la salud mental de Long pero determinaron que no era candidato para recibir una orden judicial de internamiento en una institución psiquiátrica.
Fuente: AP