Washington, DPA
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio hoy por muerta la reforma migratoria, ante la negativa de los republicanos a someterla a un voto en la Cámara de Representantes y anunció que después del verano utilizará sus poderes ejecutivos para reparar “nuestro sistema de inmigración roto sin el Congreso”.
La semana pasada el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, comunicó a Obama que su partido continuará bloqueando este año el voto a la reforma migratoria, aprobada hace un año en el Senado, explicó Obama.
Por esta razón, Obama anunció que ha pedido a su equipo que identifique acciones adicionales y que le hagan recomendaciones antes del final del verano (boreal) sobre los pasos que pueda tomar “sin el Congreso, pero dentro de sus autoridades existentes, para arreglar lo máximo posible el sistema de inmigración roto”. Obama, sin embargo, no especificó las medidas concretas que tomará.
Obama también anunció que ha pedido al secretario de Seguridad Nacional y al fiscal general que refuercen la seguridad en la frontera y “deporten a los peligrosos criminales que han sido y continúan siendo una prioridad”.
La reforma migratoria, una de las promesas incumplidas de Obama, ha sido dada por muerta en innumerables ocasiones, pero hoy el presidente le dio la estocada definitiva al constatar que si los republicanos se niegan a poner un fecha para el voto será imposible que ésta se apruebe este año.
“Nuestro país y nuestra economía serían más fuertes hoy si los republicanos de la Cámara de Representantes hubieran permitido una simple votación de sí o no”, dijo Obama, quien lamentó que algunos republicanos estén utilizando la crisis humanitaria provocada por la llegada en los últimos ocho meses de 52.000 niños no acompañados a la frontera “como una nueva excusa para no hacer nada”.
“Su argumento parece ser que porque el sistema está roto, no debemos hacer ningún esfuerzo para repararlo. No tiene sentido. Es política, pura y dura”, añadió Obama.
El mandatario estadounidense aseguró que el hubiera preferido que el Congreso hubiera aprobado la reforma migratoria y que él hubiera firmado encantado la ley.
“Utilizo mis poderes ejecutivos cuando tenemos un problema serio, y el Congreso elige no hacer nada”, dijo Obama en una declaración ante la prensa desde la Rosaleda de la Casa Blanca.
“En esta situación, el hecho de que los republicanos de la Cámara de Representantes se nieguen a aprobar una maldita ley es malo para nuestro país, malo para nuestra economía y malo para nuestro futuro”, añadió el presidente, quien consideró que se ha visto obligado a actuar por su cuenta. “Si el Congreso no hace su trabajo, al menos nosotros haremos el nuestro”, añadió.
Obama, reconoció que el uso de los poderes ejecutivos no servirá para resolver los problemas de un sistema de inmigración roto, ya que es necesario el Congreso para lograr “una solución permanente” que permita sacar de las sombras a 11 millones de indocumentados que viven actualmente en Estados Unidos.