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Entre el lanzamiento de “La venganza de los Sith” y la actualmente en cartelera “El despertar de la fuerza”, una cosa de la Guerra de las Galaxias que ha dejado de ser ciencia ficción son las armas láser.
Mucho más barato de disparar que un misil y en el borde de la legalidad (la Convención de Ginebra prohíbe usar armas láser contra humanos), la Armada estadounidense ya cuenta con una operativa en el golfo Pérsico.
Solo que, a diferencia de las de Star Wars, el sistema de armas láser LaWS (en inglés) instalado en el USS Ponce no aparece como ráfagas ruidosas de llamaradas lineales de color rojo o verde que vuelan hacia el objetivo como si fueran balas.
Se trata, por el contrario, de un haz de energía invisible, constante y tan rápido como la luz que además, según el Pentágono, no falla.
Un rayo láser de estado sólido que concentra la energía en un punto y cuya potencia puede ser modulada e ir desde algo capaz de inutilizar sensores a poder destruir un objetivo.
COMO VIDEOJUEGO
Entre setiembre y noviembre, el USS Ponce operó en el golfo Pérsico un láser capaz de generar un haz de 30 kilovatios, seis millones de veces más que un puntero láser de venta legal en EE.UU. de 0,005 vatios.
En las maniobras de entrenamiento, la tripulación lo usó con éxito para destruir una especie de arma montada sobre una lancha rápida o una aeronave no tripulada (drone), entre otros.
En los vídeos mostrados por el Pentágono, y a diferencia de lo que sucede con un puntero láser, cuando se dispara LaWS no se ve nada. Solo se aprecia que el objetivo empieza incendiándose y explota después.
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Los marinos aseguraron que el arma funcionó a la perfección incluso en las peores condiciones atmosféricas y con fuertes vientos.
El Departamento de Defensa explicó que la potencia del láser puede ser escalada desde destellos que deslumbren y sean empleados como “disparos de advertencia”, a potencias mayores que inutilicen la amenaza o lleguen a destruir el objetivo en caso de que el operador lo considere necesario.
En las imágenes hechas públicas, se ve al operario con un mando parecido al de una consola frente a varias pantallas.
Según afirmó en una comparecencia ante la prensa el contraalmirante Matthew Klunder, jefe de investigación de la Armada, el arma se maneja “de forma muy parecida” a un videojuego.
“Cualquiera que maneje que una Xbox o PlayStation, será bueno con esto”, dijo Klunder.
BARATO
Países como China o Irán cuentan con drones cada vez más capaces y los estadounidenses requieren una respuesta efectiva tanto militar como financieramente.
Lanzar un misil puede costar US$2 millones. LaWS parece ser la respuesta. La factura de usarlo aparece reducida a la electricidad que consume y eso debe rondar los US$0,60 cada vez.
“A menos de un dólar por disparo, no hay duda sobre el valor que LaWS ofrece”, afirmó el contraalmirante Klunder.
Costó US$40 millones tenerlo listo en el barco, algo que evidentemente sería sensiblemente reducido si se dispusiera su producción en masa.
Con lo que su costo está lejísimos de los de operar artillería convencional, con la logística que requiere proveer de munición un barco.
¿ILEGAL?
Con la potencia de la actual, según el Departamento de Defensa, no se podrían destruir objetivos tan grandes como una fragata, pero podría infligirle daños importantes.
En cualquier caso, el Pentágono tiene la intención de desarrollar uno con una potencia de 150 kilovatios.
Su punto débil, sin embargo, está en que no es efectivo en condiciones atmosféricas extremas, como una tormenta de arena.
Sus promotores responden no obstante que las amenazas para las que está diseñada tampoco podrían operar en ese caso.
Además, de que desde que en 1995 se agregó el Protocolo IV a la Convención de Ginebra, es ilegal usar la tecnología láser como arma contra seres humanos.
En los videos de demostración, se ve cómo LaWS destruye drones y, cuándo ataca embarcaciones, se aprecia cómo unos maniquíes de madera quedan intactos mientras el arma actúa con precisión contra lo que parecen ser unos cañones.
“No vamos a apuntar el láser a la gente”, aseguró Klunder. “Vamos a respetar las convenciones”.
En cualquier caso, al menos en el USS Ponce, el láser ya está operativo. “Si tenemos que defender el barco hoy, lo usaremos para destruir la amenaza”.