El funeral del ex presidente del ex presidente de Estados Unidos, George H. W. Bush, no solo tuvo la presencia de todos los ex mandatarios vivos de ese país, sino también la emotiva participación de Sully, su perro acompañante que cobró notoriedad por permanecer a un lado del ataúd.
Tras la muerte de la ex primera dama Barbara Bush, la organización America's VetDogs recibió el pedido de un acompañante para el ex mandatario, pues este padecía de un tipo de parkinson que limitaba su movilidad, y le dio al labrador Sully.
Sully viajó a Washington con el cortejo fúnebre a bordo del Air Force One. Caminó tranquilo hasta su llegada al Capitolio llevado por Valerie Cramer, la gerente del programa de perros de servicio de America’s VetDogs. Al iniciar la ceremonia, el perro se acostó hasta que fue levado junto al féretro.
Sully regresará a America’s VetDogs en Smithtown, Nueva York. Se entrenará en el Centro Médico del Ejército Walter Reed, para ayudar en con la terapia física y ocupacional de los soldados heridos y personal en servicio activo que reciben atención en el hospital de veteranos.
Sully fue llamado así en honor al piloto retirado Chelsy “Sully” Sullenberger III, quien se volvió famoso por aterrizar de emergencia un avión de pasajeros averiado en el río Hudson en el 2009.