JUAN CARLOS CHÁVEZCorresponsal en Miami
Julia Navarro es una inmigrante peruana que tiene ocho meses y medio de embarazado. Ella sigue una dieta balanceada y acude con regularidad al médico para controlar su estado de gestación. Lo suyo no es, sin embargo, un embarazo cualquiera.
Navarro, de 58 años y residente de Utah (Estados Unidos) ofreció su vientre y lleva el embrión fertilizado de su hija Lorena Gonzales, fruto de la relación con Micah McKinnon. Por ello, a inicios de febrero, dará a luz a su propia nieta.
“No soy una joven de 20 ni de 30 años, y lo que es completamente normal en una mujer de esa edad, no lo es tanto para mí”, dijo Navarro en declaraciones para El Comercio. “Pero en realidad diría que estamos bien, solo que a veces me agito un poco, quizá porque la niña ya está bastante desarrollada”, agregó.
Esta historia comenzó hace un par de años atrás, cuando Gonzales junto con su esposo empezaron a tratar de tener un hijo. Ella sufrió al menos una docena de abortos naturales. La gestación más larga que alcanzó no superó las 10 semanas.
En busca de una salida, el matrimonio acordó buscar un vientre sustituto y hacer realidad el sueño de ser padres. Pensaron en una amiga cercana, incluso Julissa, hermana de Lorena, pero las exigencias les hicieron cambiar de opinión. Fue entonces cuando el amor de Navarro afloró.
“Cuando usted ve a un hijo que está tratando y es testigo de los momentos difíciles y tristes que pasan, tienes que ayudarlos, no puedes quedarte con los brazos cruzados”, dijo Navarro a este diario. “Ellos son una pareja que se quieren y se llevan bien. Solo les falta un niño en la casa”.
El ofrecimiento tomó por sorpresa a todos. La familia de Navarro se preocupó. Los médicos dieron un 45 por ciento de probabilidades de éxito. No obstante, la mujer insistió e hizo a un lado la complejidad del tema.
“Mi madre inmediatamente me dijo que lo podía hacer. Me habló con seriedad, nunca lo pensó dos veces”, explicó Gonzales. “Su determinación es un ejemplo para todos nosotros”.
Se espera que la niña nazca por cesárea. Se llamará Myla Juliet. El acontecimiento hará que la familia en Lima y los parientes más cercanos de Navarro viajen a Utah para asistir al nacimiento de la pequeña. Eso incluye a su ex marido, una hermana, el padre de Navarro, de 94 años, y su madre, de 83.
“Todos están alborotados”, dijo Navarro. “Myla Juliet será la primera nieta, bisnieta, sobrina, de todo”.
DATOSSegún la ley de Utah, las madres sustitutas deben tener al menos 21 años, ser estables económicamente y haber dado a luz al menos una vez.
En promedio, las parejas gastan unos 60.000 dólares en tratamientos médicos y pagos a la sustituta. Gracias la oferta de su madre, Gonzales y su esposo se ahorrarán casi la mitad de esa cifra.