Miami (EFE)
Centenares de inmigrantes en Estados Unidos celebraron hoy el Día Nacional contra las Deportaciones, con vigilias y manifestaciones, para exigir una reforma migratoria que legalice a los casi 11 millones de indocumentados que viven en el país.
Bajo los lemas “Ni uno más” y “Dos millones son demasiados”, cientos de inmigrantes, estudiantes y jornaleros, salieron a las calles de las principales ciudades del país para pedir al presidente, Barack Obama, que ponga fin a las deportaciones.
Los manifestantes pidieron que, mientras el Congreso no alcanza un consenso en torno a la reforma migratoria, el mandatario haga uso de su autoridad ejecutiva y detenga las deportaciones de indocumentados, que durante su mandato ya han sobrepasado las dos millones de expulsiones.
En Washington, más de un centenar de personas llegaron hasta la Casa Blanca en el transcurso de una marcha organizada por la Red Nacional de Jornaleros de Estados Unidos, cuyos portavoces señalaron que Obama no actúa por cuestiones políticas antes que por impedimentos legales.
“Yo voté por él en 2008 y decía que quería venir a Washington para cambiar la política. Ahora venimos para ayudarle a eso, a cambiar la política”, señaló ante los asistentes Marisa Franco, integrante de la organización y directora de la campaña “Ni uno más”.
Frente a la sede de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) de Manhattan, en Nueva York, inmigrantes de distintos orígenes se congregaron para demandar al Gobierno Estadounidense el fin de las deportaciones y exigir un mejor trato por parte de las autoridades.
En Los Ángeles, los manifestantes pidieron ante la sede de la alcaldía de la ciudad que cese la colaboración entre la policía local y las autoridades federales, un acuerdo implementado en el marco de la política de deportaciones que desarrolla el Gobierno.
“El gobierno del presidente Obama ha deportado más de 2 millones de personas, la mayoría de ellos inmigrantes trabajadores que no han cometido delitos graves en el país, y esto no puede continuar”, dijo a Efe Agustín Flores, un joven activista del Valle de San Fernando.
“Los inmigrantes son un negocio para el condado y el estado por las multas que debemos pagar. Hoy estoy protestando para que sepan que no tenemos miedo y que vamos a luchar por quedarnos”, afirmó a Efe, Xochitl Hernández, una madre soltera con dos hijos especiales, que participó de la manifestación en Carolina del Norte.
“El presidente Obama debe dar la cara y darnos una respuesta digna, respetuosa y clara a la comunidad latina que lo llevó a la presidencia. Han pasado seis años y merecemos una respuesta”, afirmó Adelina Nicholls, de la Alianza Latina de Georgia Pro Derechos Humanos (GLAHR).
Los manifestantes de Atlanta, como en el resto de ciudades, pidieron que se amplíe a todos los inmigrantes la Acción Diferida, que exime de las deportaciones a ciertos jóvenes inmigrantes, así como la eliminación del programa “Comunidades Seguras”, que entrega a la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE) a indocumentados detenidos por delitos menores.
Reforma estancada
La reforma migratoria, una de las principales promesas de Obama antes de llegar a la presidencia, sigue estancada en la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, pese a que el Senado logró aprobar un proyecto de ley de carácter bipartidista el pasado junio.
Los conservadores se niegan a someter a voto la propuesta, y muchos temen, que de no hacerlo antes del receso de verano, su discusión quede relegada a un segundo plano, ante la llegada de los comicios legislativos de noviembre y las primarias presidenciales del próximo año.