Washington, agencias
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, expresó inadvertidamente el domingo lo que pareció ser una fuerte preocupación por las muertes de civiles durante una ofensiva israelí en Gaza.
En una conversación captada por un micrófono abierto antes de una entrevista, Kerry hizo lo que pareció ser un comentario sarcástico sobre la insistencia israelí de que se hacía el mayor esfuerzo para evitar bajas civiles en operaciones contra militantes de Hamas.
“Es una operación infernal”, dijo Kerry a su interlocutor. “Está escalándose significativamente. Tenemos que ir allí. Pienso que deberíamos ir esta noche. Es una locura quedarse sentado sin hacer algo”.
Es una operación quirúrgica de mil demonios“, dijo durante un llamado, que fue transmitido en ”Fox News Sunday“.
Si bien en Washington, se dice que Israel tiene derecho a defenderse de los ataques con cohetes lanzados desde Gaza, diplomáticos estadounidenses han pedido que los israelíes se limiten a una operación precisa en la campaña en el terreno lanzada el jueves.
El domingo, más de 60 palestinos, incluyendo mujeres y niños, murieron mientras Israel bombardeaba un distrito de Gaza y combatía a militantes. Trece soldados israelíes también murieron. Se preveía que Kerry viajara a Oriente Medio pronto para impulsar un cese del fuego.
“Tenemos que llegar allí”, dijo Kerry en los comentarios que captó el micrófono, aparentemente a un asesor. “Creo, John, que tenemos que ir esta noche. Creo que es loco quedarse sentados”.
Cuando se pidió a Kerry que explicara los comentarios, no criticó a Israel y enfatizó su derecho a defenderse.
“Reaccioné obviamente de una forma en la que, usted sabe, cualquiera lo hace con respecto a niños y civiles. Pero la guerra es dura”, dijo.
Además, Kerry agregó que “Apoyamos el derecho de Israel a defenderse contra los lanzamientos de cohetes”, manifestó Kerry, quien subrayó que “Hamás ha iniciado este proceso después de que Israel trató de encontrar a quienes mataron a tres jóvenes”, en alusión a los adolescentes judíos secuestrados y asesinados el pasado junio en Cisjordania, de lo que los israelíes acusaron al movimiento islamista.