Tucson (EFE)
La mayoría de los 52.000 menores centroamericanos que ingresaron a EE.UU. ilegalmente desde octubre del 2013 ya se encuentran con miembros de su familia en el país, pero siguen en proceso para determinar si son deportados, informó la Administración de Niños y Familias del Departamento de Salud (HHS).
“En el año fiscal 2014 (que va desde el 1 de octubre del 2013 a la fecha) el 96 % de los menores del programa de Niños Inmigrantes no Acompañados -es decir, 49.567- han sido entregados” a familiares, precisó Kenneth J. Wolfe, portavoz de la HHS.
Desde el momento en que son liberados y entregados a sus familias, los menores son citados para comparecer ante una corte judicial que decidirá sobre su permanencia o no en Estados Unidos.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) señaló que no tiene cifras de los inmigrantes liberados en los últimos dos meses que se hayan presentado a sus oficinas para continuar el proceso de deportación.
Los menores son en su mayoría de Guatemala, El Salvador y Honduras. También se han reunificado menores de México, Ecuador y otras nacionalidades.
Según Wolfe, debido a la crisis por la entrada masiva de niños centroamericanos se abrieron tres albergues temporales en el país: la Base Lackland (San Antonio, Texas); la Base Naval Port Hueneme (Ventura, California); y Fort Sill, en Oklahoma. Estos lugares estarán en servicio por 120 días, que es el plazo que autorizó el Departamento de Defensa.
Según HHS, el promedio de tiempo que los menores pueden permanecer en los albergues es de 35 días. De los niños que llegan allí el 85 % se reunifica con sus familias,
HHS tiene alrededor de 100 albergues permanentes que generalmente están ubicados en ciudades cerca de la frontera.
Solo de la base de Ventura, California se han reunificado más de 500 menores durante las últimas tres semanas, según las autoridades. Después de ser detenido por las autoridades migratorias son trasladados a los albergues para esperar a que un miembro de su familia tome su custodia.