San Bernardino. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo este jueves que es “posible” que la matanza de la víspera en San Bernardino, en California, haya sido un acto “vinculado al terrorismo”, mientras el país busca entender las razones del nuevo baño de sangre.
“Es posible que estuviera vinculado al terrorismo, pero no lo sabemos. También es posible que tuviera que ver con el lugar de trabajo”, dijo Obama en una declaración en el Salón de la Casa Blanca, y precisó que el FBI está a cargo de la investigación. Al menos 14 personas fallecieron y 21 resultaron heridas el miércoles en un tiroteo en un centro para discapacitados situado en la ciudad de San Bernardino, a 100 km al este de Los Ángeles. La mayoría de las víctimas era originaria de pequeñas ciudades de California, según revelaron las autoridades. Aurora Godoy, de 26 años y originaria de San Jacinto en California, era la más joven, e Isaac Amanios, de 60 años, el mayor, entre las seis mujeres y ocho hombres que murieron en la peor matanza en tres años en Estados Unidos. La policía abatió a los responsables del ataque, Syed Farook, de 28 años, y su esposa Tashfeen Malik, de 27 años, tras varias horas de persecución en un gigantesco operativo que movilizó a centenares de agentes locales, del FBI y unidades de élite SWAT. “Este tiroteo es una inmensa tragedia personal para la familia, los amigos, los colegas de las víctimas, así como para las personas de los servicios de urgencia”, comentó el alguacil del condado de SanBernardino John McMahon, citado en un comunicado. En medio a la intensa búsqueda de explicaciones para la matanza, uno de los imanes de la mezquita de San Bernardino, Mahmood Nadvi, negó que Farook haya exhibido cualquier señal de haberse radicalizado, como sugieren versiones no confirmadas divulgadas en redes de televisión. “Nunca vimos signos de radicalización” en Farook, aseguró Nadvi, de 39 años. Los actos que vimos no representan lo que dice el Corán. Mataron a hermanos y hermanas“, añadió. Entender causas de la matanza Obama se interrogó sobre las causas de la masacre y cuestionó el fácil acceso a las armas. “Sabemos que los dos individuos que fueron abatidos estaban equipados con armas, y parece que tenían acceso a otras armas en su domicilio”, explicó el mandatario. “Pero no sabemos por qué lo han hecho, no conocemos su motivación”, agregó. La Fiscal General estadounidense, Loretta Lynch, dijo que “violencia como ésta no tiene lugar en este país y en esta nación”. En tanto, el jefe de la Policía local, Jarrod Burguan, informó que 12 artefactos explosivos fueron hallados en la residencia de la pareja, además de una impresionante cantidad de munición: unas 1.600 balas de fusil en un automóvil y otras 5.000 en su vivienda. También habrían dejado tres artefactos explosivos artesanales en el lugar del ataque, dispositivos que fueron desactivados por peritos. Los responsables por la matanza efectuaron entre 65 y 75 disparos, dijo el jefe policial. Investigadores se dedicaban este jueves a analizar todos los escenarios de la matanza y realizaban una requisa en una casa en la vecina localidad de Redlands, en busca de cualquier tipo de información que permita entender las razones que motivaron los ataques. “Hasta el momento no hemos encontrado el motivo”, dijo Burguan. “No descartamos la posibilidad de terrorismo”, comentó. El director adjunto del FBI en Los Ángeles, David Bowdich, tampoco descartó que se trate de un acto terrorista. “Es una posibilidad, pero todavía no lo sabemos”, declaró. El “sueño americano” Las autoridades admitieron que ni Farook ni su esposa figuraban en alguna lista de atención especial de los organismos de seguridad. Compañeros de trabajo de Farook citados por el diario Los Angeles Times aseguraron que éste viajó recientemente a Arabia Saudí, de donde regresó casado con una mujer que conoció por internet. El matrimonio tenía una niña de seis meses y, según conocidos, “estaba viviendo el sueño americano”. Burguan relató que la pareja dejó a la niña con los abuelos paternos antes de los ataques. Farook había estado en una fiesta organizada para trabajadores en el Centro Regional Inland, que atiende a pacientes con discapacidades mentales, aunque aparentemente se retiró después de algún tipo de discusión. Retornó más tarde acompañado de su esposa y ambos vestían ropa de combate y portaban armamento pesado. “Basado en como estaban equipados, tuvo que haber habido algún tipo de planificación. No pienso que solamente fueron a casa, se pusieron la ropa y tomaron las armas en un arrebato momentáneo”, dijo Burguan. Un hombre reservado Farook “era un hombre reservado, tímido, tranquilo, simple, nunca lo vi faltar el respeto a nadie”, contó Gasser Shehata, de 42 años, quien acude a diario a la mezquita. Sus compañeros de oraciones lo vieron por última vez “hace dos o tres semanas”, dijo Nizaar Alí, un estudiante universitario de 23 años. La pequeña comunidad musulmana de San Bernardino, donde viven unas 210.000 personas, tiene miedo de las represalias que pueda desatar la masacre. “Hemos pedido a la policía que mañana garantice la seguridad de la mezquita” para el rezo del viernes, el más importante de la semana, explicó Shehata. La mezquita recibió la misma noche del tiroteo una llamada anónima con amenazas.
Fuente: AFP