El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió una ráfaga de ataques contra la investigación por la trama rusa a pocas horas de que se publiquen nuevos detalles sobre los avances del proceso, en una jornada en la que también propuso como fiscal general al jurista William Barr.
Trump denunció en su cuenta personal de Twitter “los numerosos conflictos de intereses” que supuestamente tiene el fiscal especial Robert Mueller, quien investiga las acusaciones de colusión entre el equipo de campaña del mandatario y Rusia en las elecciones de 2016.
Luego de sus críticas, Trump anunció la nominación de William Barr como fiscal general para reemplazar a Jeff Sessions en el Departamento de Justicia. Asimismo, confirmó a la ex periodista de la cadena Fox News, Heather Nauert, como su embajadora ante la ONU, en reemplazo de Nikki Haley.
Sessions, que había apoyado a Trump desde la campaña, sentenció su futuro en el cargo de fiscal general cuando decidió recusarse de la investigación sobre la trama rusa, por lo que el presidente estadounidense anunció su salida a principios de mes, una decisión que abrió interrogantes sobre la investigación en curso.
La elección de Barr, un jurista que repite en el cargo que había ejercido durante la presidencia de George H.W. Bush en la década de 1990, fue bastante bien recibido en Washington, pero todavía debe ser confirmado por el Senado, por lo que teniendo en cuenta el calendario legislativo, es poco probable que entre en funciones antes del próximo año.
“Él era mi opción desde el día uno, respetado por los republicanos y por los demócratas”, dijo Trump.
En un momento en que Washington hervía de rumores sobre su nominación, el senador republicano Richard Burr había dicho el jueves que Barr “sería una buena opción” para el puesto de Sessions, cuyo cargo ocupaba de forma interina Matthew Whitaker.
Una vez terminada la atmósfera de tregua que indujo la muerte del ex presidente George H.W. Bush, la cual sumió al país en un duelo nacional que dio una imagen poco usual de unidad, Trump volvió a la carga este viernes centrando sus críticas en el ex jefe del FBI, James Comey, removido de sus funciones en mayo de 2017.
El mandatario también atacó al número dos del Departamento de Justicia, Rod Rosenstein, y al equipo de campaña de su adversaria demócrata en 2016, Hillary Clinton.
En su cuenta de Twitter, el presidente denunció una “caza de brujas”, en una jornada en la que se espera que el equipo del consejero especial Robert Mueller presente información sobre dos imputados centrales de la investigación sobre una colusión entre la campaña de Trump y Rusia: el ex jefe de campaña del presidente estadounidense, Paul Manafort, y su antiguo abogado, Michael Cohen.
“Ya hay 87 páginas redactadas pero obviamente no podemos terminar hasta que veamos el informe final sobre esta caza de brujas”, afirmó el presidente estadounidense.
El silencio de Mueller
Al contrario de Trump, Mueller mantiene desde hace 18 meses un silencio inquebrantable. El marine, que dirigió el FBI durante 12 años, se destaca por una discreción extraordinaria, que hace que incluso en Washington las filtraciones de su investigación sean poco habituales.
El procurador especial tiene previsto aportar detalles sobre la extensión de la cooperación de Cohen, que recientemente reconoció haber mentido al Congreso sobre sus contactos con los rusos sobre los proyectos inmobiliarios de Trump.
Estas declaraciones provocaron la cólera de Trump, que pidió que Cohen cumpla una pena de prisión.
Para este viernes está previsto que el equipo de la investigación entregue a la justicia detalles sobre las afirmaciones de que Manafort mintió al FBI.
Cabe recordar que Manafort trabajó cerca de seis meses en la campaña de Trump a mediados de 2016. En septiembre había aceptado declararse culpable de cargos por conspiración contra Estados Unidos y obstrucción a la justicia, en un acuerdo para evitar un segundo proceso por lavado de dinero y cargos de cabildeo ilegal.
Actualmente en prisión, este antiguo consultor se perfila como un testigo clave del proceso que hoy podría sumar más cargos en su contra.
En tanto, Comey, despedido por Trump del FBI en 2017, comenzó a testificar este viernes ante los legisladores del Congreso de Estados Unidos.
La audición se realiza a puerta cerrada pero su contenido será publicado 24 horas después, a demanda de Comey, que teme fugas de “informaciones selectivas” y que representantes republicanos distorsionen sus palabras.
Trump despidió en mayo de 2017 a Comey, que entonces era el funcionario de más alto rango que estaba a cargo de la investigación criminal sobre una eventual colusión con Moscú para influenciar la elección presidencial estadounidense.
Fuente: AFP