El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acaba de recibir el mayor revés en el transcurso de la investigación especial sobre una posible injerencia de Rusia en las elecciones que ganó un año atrás.El ex consejero de seguridad nacional de Trump, Michael Flynn, se declaró culpable este viernes de haber mentido al Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) sobre sus contactos con Rusia tras los comicios.
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Más aún, la admisión de culpabilidad de Flynn indica que, lejos de actuar por cuenta propia, sus conversaciones con el embajador ruso en EE.UU. eran conocidas y hasta dirigidas por importantes miembros del equipo de transición de Trump.Quiénes eran esos asesores del actual presidente es algo que los documentos mostrados en la corte evitan precisar.Pero sí se sabe que Flynn aceptó cooperar con la investigación del Rusiagate, dirigida por el fiscal especial Robert Mueller sobre una eventual colusión o pacto ilícito entre la campaña de Trump y Rusia.Y la gran pregunta entonces es cuánto tiene para decir este general retirado, que llegó a ser un estrecho aliado de Trump.“Debe tener más información, de otra forma no harían un trato”, advierte Michael Clark, un ex agente del FBI que estuvo bajo la dirección de Mueller en el Buró y se especializó en corrupción pública, en diálogo con BBC Mundo.
"El mejor interés"
Trump siempre negó que haya recibido ayuda indebida de Rusia para ganar las elecciones y las revelaciones de este viernes en la corte están lejos de mostrar lo contrario.El abogado del presidente, Ty Cobb, procuró relativizar la importancia de lo que admitió Flynn, indicando que éste dejó de trabajar en la Casa Blanca (apenas 24 días después de asumir Trump) por las mismas falsedades que dijo al FBI.“Nada sobre la declaración de culpabilidad o el cargo implica a nadie más que al Sr. Flynn”, sostuvo Cobb en un comunicado.Pero las noticias de este viernes ponen la lupa de los investigadores en el entorno más cercano a Trump.Flynn es la primera persona que haya trabajado en el actual gobierno que enfrenta cargos por la trama rusa, y se trata nada menos que de un ex consejero de seguridad nacional del presidente.
En octubre Mueller ya había presentado cargos contra el ex jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, un socio de éste y George Papadopoulos, ex asesor en política exterior del actual mandatario.En un comunicado emitido este mismo viernes, Flynn admitió que sus acciones fueron equivocadas y dijo que trabaja para enmendar las cosas.“Mi declaración de culpabilidad y mi acuerdo para cooperar con la Oficina del Fiscal Especial reflejan una decisión que tomé en el mejor interés de mi familia y de nuestro país”, agregó.Según los documentos de la corte, una de las mentiras que Flynn dijo al FBI se relaciona con un pedido que efectuó al embajador ruso, Sergey Kislyak, para que Moscú evitara tomar represalias por las sanciones que el gobierno de Barack Obama le había impuesto a Rusia por la injerencia electoral.
Flynn reveló que habló con altos funcionarios del equipo que de Trump que preparaba la transición al gobierno acerca de su conversación con Kislyak, antes y después de la misma.Ese selecto equipo estuvo integrado entre otros por el actual vicepresidente, Mike Pence, por el asesor y yerno de Trump, Jared Kushner, y K.T. McFarland, ex consejera adjunta de seguridad nacional.Tras la charla entre Flynn y Kislyak, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que evitaría represalias contra EE.UU. por las sanciones que le impuso Obama.Y Trump elogió a Putin: “¡Siempre supe que era muy listo!”, afirmó en su cuenta de Twitter.
"Un hombre maravilloso"
Las sanciones de Obama a Rusia se basaron en informes de los servicios de inteligencia de EE.UU. que señalan que ese país procuró interferir en las elecciones de 2016 mediante hackers, para beneficiar a Trump.Flynn fue uno de los principales defensores de un mayor acercamiento entre ambos países durante la campaña electoral, mientras se volvía un asesor cada vez más cercano de Trump.Entonces ya asomaban dudas sobre los vínculos de Flynn con Rusia, debido a que había recibido una paga para participar de un evento en Moscú en el que compartió mesa con Putin en 2015.
Pero Trump ignoró los cuestionamientos y lo nombró en un cargo estratégico de su gobierno.E incluso después que Flynn renunció, ante información de que había ocultado al vicepresidente Pence sus contactos con el embajador ruso, Trump sostuvo que era “un hombre maravilloso”.“Ha sido tratado de forma muy, muy injusta por los medios”, afirmó el presidente en febrero.Luego surgieron reportes de que ese mismo mes Trump pidió al entonces director del FBI, James Comey, que dejara la investigación sobre los vínculos de Flynn con Moscú.Comey hizo caso omiso y fue despedido por Trump en mayo, bajo el argumento de que condujo indebidamente una investigación sobre la ex candidata presidencial demócrata Hillary Clinton, aunque los críticos del presidente lo acusaron de querer obstruir la investigación sobre Rusia.El presidente también solicitó más recientemente a senadores de su Partido Republicano que acaben con la pesquisa paralela que el comité de inteligencia del Senado realiza sobre la intromisión electoral rusa, informó el diario The New York Times esta semana.Todo esto ha consumido el primer año de gobierno de Trump, que sigue sin alcanzar grandes logros en el Congreso.
Y la nueva situación de Flynn sugiere que las cosas se complican más para el presidente, aunque se desconoce si él personalmente estaba al tanto de los contactos de su asesor con Rusia.Mueller “está trabajando lentamente para llegar a quien esté en la parte superior de la pirámide”, advierte Clark, el ex agente del FBI.“No digo que se trate del presidente o cualquier otra persona, pero no harían un trato (con Flynn) a ciegas”, concluye.