Centennial. Una sobreviviente de la masacre del 2012 durante un estreno de “Batman” en Estados Unidos describió con desgarrador detalle el caos que siguió cuando James Holmes abrió fuego a la sala de cine repleta, en el testimonio de apertura de este esperado juicio.Seguir a @Mundo_ECpe!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Holmes, de 27 años, es acusado de matar a 12 personas y herir a 70 en un cine en Aurora, un suburbio de Denver en Colorado (oeste). Se declaró no culpable por demencia en los 166 cargos de asesinato, intento de asesinato y uso de explosivos.
Al iniciarse el juicio este martes, Katie Medley fue la primera testigo en subir al estrado. Contó que tenía nueve meses de embarazo cuando ella, su esposo Caleb y una amiga fueron a ver “Batman: The Dark Knight Rises” en el estreno de medianoche del 20 de julio del 2012.
Pero apenas comenzada la película, un atacante solitario, un hombre armado hasta los dientes y cubierto con una máscara, entró por una puerta de emergencia.
“Cuando entró, pensé que algo iba muy mal. Puse mi brazo en torno a [la amiga] Ashley y la tiré al suelo”, contó Medley. Casi inmediatamente comenzaron a sonar los disparos.
Más tarde, miró hacia arriba y vio que su marido estaba aún sentado, derecho, en su silla.
“Vi que había recibido un disparo en la cabeza y pensé que estaba muerto”, dijo. El aire estaba denso y era muy difícil respirar.
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Así luce ahora James Holmes (AP).
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MUCHA SANGRE
Luego de que el atacante pasó por la fila donde ellos estaban sentados, Medley contó que vio que Caleb respiraba, pero que le salía mucha sangre de la boca.
Tras otra ronda de disparos, Medley sacó una botella de agua e intentó lavarle la sangre de la cara.
“Miré de nuevo hacia la puerta de emergencia y vi que había policías afuera”, contó.
Segura de que su marido estaba a punto de morir, añadió: “Le dije que protegería a nuestro hijo si no sobrevivía”.
La mujer narró entonces que ella y su amiga corrieron hacia la salida. “Yo llevaba chancletas y me resbalé en la sangre. Había muchísima sangre. Me sostuvo un policía”.
Cuando ella y su amiga se sentaron en la vereda a la salida del cine, los primeros socorristas en llegar sacaron a su marido, aún respirando.
Caleb Medley pasó por varias cirugías para removerle partes de su cerebro, mientras Katie Medley entraba en trabajo de parto en el mismo hospital. Dio a luz a un hijo, Hugo. Entretanto, Caleb pasó un mes bajo un coma inducido.
Cuando fue llevado al tribunal tras el testimonio de su esposa, Caleb Medley usó un pizarrón con el alfabeto para deletrear su nombre en la sala.
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LLAMADAS AL 911
Los abogados de Holmes objetaron que el jurado escuchara las grabaciones de las llamadas hechas al 911 por otro testigo, diciendo que las descripciones de audio eran demasiado macabras y que por tanto iban a predisponer al jurado.
“Dado todo lo que este jurado verá durante el curso de este juicio, no creo que una referencia sangrienta de una víctima particular sea perjudicial. Eso es lo que la mayoría de la gente usará cuando describa lo que vio”, decidió el juez Carlos Samour.
En la grabación, la comerciante Chichi Spruel dijo al policía del 911 que tenía un herido delante de ella y otro detrás.
“Oh Dios, uno de los chicos que vino con nosotros está muerto”, se escucha decir a Spruel. “Y Jesse (Childress) está tirado boca abajo en una piscina de sangre”.
En el tribunal, Spruel se ahogaba en sus lágrimas cuando trataba de contarle a los abogados la devastación que vio en torno a sí en el auditorio.
Los abogados del acusado aún no han interrogado a ningún testigo. La defensa ha dicho que, cuando exponga sus argumentos de apertura el lunes próximo, no objetará nada de lo sucedido en la sala de cine.
Fuente: AFP