Washington. El servicio de vigilancia fronterizo de Estados Unidos afirmó encontrarse desbordado por el “enorme flujo” de familias migrantes que llegan a través del límite con México y pidió al Congreso más fondos para atención sanitaria, tras la muerte de un segundo niño guatemalteco bajo custodia.
El niño migrante falleció poco antes de la medianoche del 24 de diciembre tras haber presentado síntomas de una enfermedad infecto contagiosa durante la jornada.
El menor fue identificado por las autoridades guatemaltecas como Felipe Gómez. Tenía ocho años y había salido junto a su padre, Agustín Gómez, de la localidad indígena maya-chuj de Nentón, en el departamento de Huehuetenango, en el oeste del país, cerca de la frontera con México.
El comisionado del servicio de vigilancia de fronteras de Estados Unidos (CBP), Kevin K. McAleenan, sostuvo que la agencia es incapaz de gestionar la llegada de miles de personas y que sus recintos fueron construidos hace décadas pensados para albergar a hombres que cruzaban solos la frontera.
— Pedido de ayuda —
“Necesitamos ayuda del Congreso. Necesitamos un presupuesto para cuidados médicos y mentales para los niños que están en nuestras instalaciones”, dijo McAleenan a la cadena CBS News.
El funcionario indicó que espera que para el final del año 25 mil niños migrantes estén detenidos en instalaciones estadounidenses, un nivel sin precedentes.
“Es un flujo enorme, esto es muy diferente de lo que hemos visto antes”, afirmó el comisionado, y agregó que la epidemia estacional de gripe supone un desafío con respecto a la capacidad de las autoridades para velar por el bienestar de los menores.
Según información del ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala, el niño y su padre fueron detenidos el 18 de diciembre tras haber cruzado clandestinamente la frontera hacia Estados Unidos por la ciudad de El Paso, en Texas.
El día 23 habían sido trasladados a la estación de Alamogordo, en el estado vecino. Luego, Felipe Gómez fue transferido a un centro hospitalario tras mostrar síntomas de enfermedad.
El personal le diagnosticó un resfriado común y más tarde descubrió que tenía fiebre. Fue dado de alta a mitad de la tarde del 24, con recetas de ibuprofeno y amoxicilina.
Horas más tarde, tuvo que volver al centro de salud tras presentar nauseas y vómitos y finalmente murió poco antes de la medianoche.
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— Controles a todos los niños —
Esta muerte se suma al fallecimiento el 8 de diciembre de la niña guatemalteca Jakelin Caal en el hospital de El Paso, Texas, por causas todavía no esclarecidas, tras haber sido detenida junto a su padre el 6 de diciembre luego de cruzar ilegalmente la frontera desde México.
Tras la muerte del segundo menor, McAleenan anunció que la agencia estaba “realizando controles médicos secundarios a todos los niños bajo el cuidado y custodia de CBP” y “revisando sus políticas con especial atención al cuidado y custodia de niños menores de 10 años”.
El funcionario agregó que el CBP estaba considerando buscar apoyo médico de otras agencias, entre ellas la Guardia Costera y el Departamento de Defensa estadounidenses.
“El CBP también está coordinando con los Centros para el Control de Enfermedades el número de niños bajo custodia”, señaló.
El caso de Jakelin Caal generó indignación en Estados Unidos y una delegación de congresistas que visitó las instalaciones donde estuvo detenida la niña denunciaron “fallos sistémicos” en el proceso y condiciones de higiene deplorables.
— “Rendir cuentas” —
Martin Heinrich, el senador demócrata de Nuevo México, el estado donde murió el menor, exigió explicaciones al gobierno de Donald Trump.
“Yo exijo de manera urgente que se conozcan más detalles. Pero el gobierno de Trump debe rendir cuentas por la muerte de este niño y por todas las vidas que han sido puestas en peligro con este caos intencional y con su menosprecio por la vida humana”, dijo en Twitter el legislador.
Al Green, representante por Texas a la Cámara de Representantes, quien formó parte de una delegación que visitó las instalaciones donde murió Jakelin Caal, se expresó en contra de la construcción del muro en la frontera con México.
“Señor presidente, ¿cuántas vidas deben perderse antes de que reconozcamos la magnitud de esta crisis humanitaria. Un muro no va a arreglar esta tragedia humana”, sostuvo.
Para contener la inmigración, Trump quiere construir un muro en la frontera con México cuyo presupuesto de unos 5.000 millones de dólares es objeto de pugna con la oposición demócrata que ha provocado un cierre parcial del gobierno federal desde el sábado.
El presidente de Estados Unidos prometió que no cederá hasta que consiga los fondos para el muro.
Fuente: AFP