Un piloto mentalmente desequilibrado tenía la intención de estrellar el avión que conducía con el propósito de enviar un mensaje al mundo. Lo que podría sonar como la descripción del más reciente y fatídico episodio de la aviación comercial, protagonizada por Andreas Lubitz de la empresa Germanwings, es en realidad lo que le pasó a Robert Brown hace cinco años. Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Transcurría el mes de octubre del 2010 y Brown, experimentado piloto de la línea aérea British Airways, tenía planeado estrellar su avión repleto de pasajeros durante su viaje a Nigeria.
La razón que llevó a Brown a planificar el fatídico final fue la misma que lo condujo a la cárcel: Joanna, su esposa.
La mujer había abandonado a Brown y a sus hijos, según se conoció durante el juicio al que fue sometido el piloto. El abandono de Joanna llevó a Brown a sufrir de graves periodos de estrés, los cuales fueron ignorados y desestimados, pese a que él mismo le advirtió de ellos a las autoridades de la aerolínea.
Brown continuó trabajando hasta que en medio de una crisis asesinó de 14 martillazos a su esposa. Al día siguiente, su misión era “derribar su avión para hacer una declaración”, según narró en los juicios posteriores a su captura.
“Pensé que algo debía hacerse. Quería volar una última vez y chocar la aeronave. Quería que ellos rindieran cuentas”, señaló Brown ante el jurado. “Pensé que si iba a trabajar podía estrellar un avión o volar a Lagos y estrellarlo ahí... o colgarme en el cuarto de hotel. Quería hacer una declaración”, agregó.
Sin embargo, el día siguiente al homicidio -cuando Brown tenía programado viajar a Nigeria- se declaró enfermo y otro piloto realizó el vuelo.
Pocas horas después, Brown fue capturado por la policía acusado de haber asesinado a su esposa.
Hoy, cinco años después, parece que el mensaje de Brown no alcanzó a ser escuchado. La familia del ex piloto lamentó lo sucedido con el avión de Germanwings, sobre todo porque alegan que “las empresas aéreas aún no han aprendido la lección y no tomaron las medidas necesarias para impedir que vuele un piloto que no esté en condiciones”, según declararon al Daily Mail.