Un desenlace trágico e inesperado. La muerte de Gabriel Cruz, de 8 años, ha conmocionado a España.
Y no solo porque la sociedad española tenía las esperanzas de hallarlo con vida tras su desaparición el 27 de febrero, sino que en su asesinato estaría directamente implicada la actual pareja de su padre, Ana Julia Quezada, quien está detenida.
A continuación, todo lo que se sabe del caso:
►LA DESAPARICIÓN
Gabriel Cruz desapareció el 27 de febrero. El niño había ido de vacaciones a la casa de su abuela en la localidad de Hortichuelas (Almería). Ese martes Gabriel salió de la casa de sus abuelos a las 3:30 de la tarde para jugar con unos amigos a solo 100 metros de distancia. Su desaparición se denunció a las 8 de la noche. El niño fue hallado muerto casi 2 semanas después, el domingo 11 de marzo.
►LA DENUNCIA
Los padres de Gabriel se dieron cuenta de su desaparición a las seis de la tarde. Estaban convencidos de que había llegado a la casa de sus familiares. La madre dijo que Gabriel conocía bien la zona y recordó que el camino que solía recorrer para ir desde la casa del familiar hasta la vivienda de sus primos (cercana a la de sus amigos) lo hacía corriendo y sin tardar más de 30 segundos.
►LA SOSPECHOSA
Ana Julia Quezada, de 43 años, de origen dominicano y pareja de Ángel, padre de Gabriel, es la principal sospechosa del crimen. Según la prensa española, ella estaba en la casa de la abuela del niño el día en que este desapareció.
Estaba siendo vigilada por la policía tras una serie de hechos que la pusieron en la mira de los agentes. Primero, ella fue quien encontró la única pista que se tenía del menor: un polo que este usaba cuando desapareció. Sospecharon de ella porque la zona donde encontró la prenda ya había sido registrada con anterioridad. Además, en el lugar había llovido y el polo estaba limpio.
La policía también le solicitó entregar su teléfono, pero ella se negó a hacerlo, acrecentando más las sospechas. Además, se la veía más condolida incluso que los padres de Gabriel.
►LA TRAMPA
Según informó la BBC, los investigadores le pusieron una trampa a Ana Julia Quezada para descubrir lo que ocultaba. En el último interrogatorio que le hicieron el viernes, le hicieron creer que “estaban cerca de dar con el pozo en el que se hallaba el cuerpo de Gabriel Cruz”.
Dos días después, el domingo, cuando la policía ya la estaba haciendo seguimiento, Quezada se dirigió a una finca, donde los investigadores observaron cómo sacaba de un pozo el cuerpo del pequeño envuelto en una manta y lo colocaba en la maletera de su auto. Su suerte había llegado a su fin y fue detenida.
La policía cree que la mujer actuó sola.
►NIEGA SER AUTORA DEL CRIMEN
“¡No he sido yo! Yo he cogido el coche esta mañana”, dijo Quezada cuando era detenida por la policía. El momento de su arresto fue grabado por un vecino. Según el diario “El país, en la mañana del lunes, agentes de la Policía Científica y la Policía Judicial acudieron a la propiedad familiar para llevar a cabo un registro de la misma, en la localidad de Rodalquiar, donde se ocultó el cuerpo de Gabriel.
►LA AUTOPSIA
Según la autopsia realizada al cuerpo del menor, Gabriel murió estrangulado el mismo día de su desaparición. El cuerpo tenía restos de tierra en el momento en el que fue encontrado.
►HABLA LA MADRE BIOLÓGICA
Patricia Ramírez, la madre biológica de Gabriel, declaró el lunes a la presa que ella sospechaba que Ana Julia tenía algo que ver con su desaparición. “Yo temía que fuera así. No se podía decir nada, porque era parte de la investigación”, dijo en una entrevista al medio Onda Cero de España. “Tenía la esperanza de ablandarla y de que se viniera abajo. De que en algún momento lo soltara. Por eso, apelábamos a su conciencia en nuestras comparecencias”, continuó.
►UNA HIJA MUERTA EN 1996
Ana Julia Quezada lleva más de 20 años viviendo en España. Tras la aparición del cuerpo de Gabriel la prensa española ha empezado a hurgar en si pasado. El lunes se supo que en 1996 murió su hija de 4 años en Burgos al caer por la ventana desde de un séptimo piso. La mujer no fue sospechosa de un suceso que se cerró como una “muerte accidental”.