Se registraron choques este miércoles durante breves momentos en Calais, al norte de Francia, entre centenares de refugiados y las fuerzas del orden, que utilizaron gases lacrimógenos para controlar la situación, constató la AFP.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Estos incidentes tuvieron lugar después de que la prefectura de Pas-de-Calais diera un ultimátum a los refugiados para que abandonaran, antes de la tarde, una franja de terreno ubicada a lo largo del desvío portuario lindero con un conjunto de viviendas precarias conocido como “La Jungla”, zona deforestada por medidas de seguridad.
Un importante dispositivo policial fue desplegado para contener a entre 200 y 300 refugiados, según la AFP, que prendieron fuego sobre la acera a restos de basura y vegetación con el objetivo de bloquear al tráfico.
La acera fue finalmente desalojada y los últimos refugiados presentes en el lugar empujados hacia las viviendas precarias.
Unos 4.000 refugiados, originarios de África del este, Oriente Medio y Afganistán, viven en condiciones deplorables en “La Jungla”. Ellos aún mantienen la esperanza de llegar al Reino Unido.
Las construcciones precarias de los refugiados instaladas a menos de 100 metros de una autopista que lleva al puerto de Calais deben ser desplazadas, por razones de seguridad, antes del próximo fin de semana, exigieron las autoridades francesas.
“Nos dicen que los nuevos contenedores son una vivienda mejor, pero no hay en ellos ni ducha ni cocina, y la gente tiene miedo sobre todo del” registro de huellas de la mano, que podrían hacerlos devolver a Francia si llegasen a entrar en Inglaterra, como desean prácticamente todos los inmigrantes que se encuentran en “La Jungla”, declara a la AFP Sikander Nouristani, de 42 años de edad, representante de la comunidad afgana.
Denominado Centro de Albergue Provisorio (CAP), este nuevo albergue es cerrado, y para entrar en él los migrantes deben pasar la palma de la mano por un dispositivo de reconocimiento. Las autoridades prometieron que no registrarán las huellas, una exigencia recurrente de los inmigrantes.
Para las autoridades, el centro garantiza al mismo tiempo “la seguridad de los migrantes, de habitantes de la zona próxima al campamento y de los usuarios de la autopista”, dado que los inmigrantes entran regularmente en ésta para tratar de subir a los camiones que se dirigen al puerto para embarcar hacia el Reino Unido.
Fuente: AFP