Los socialistas españoles presentaron una moción de censura contra el mandatario de España, Mariano Rajoy, por casos de corrupción que afectan a su partido, el Partido Popular (PP), y que si triunfa, supondrá su salida, aunque el gobernante se defendió con el argumento de que la iniciativa daña la estabilidad política y económica del país.
La moción registrada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el Congreso de los Diputados llega al día siguiente de que la Justicia haya impuesto varias condenas de cárcel a implicados en un caso de corrupción con empresarios y cargos del Partido Popular (centroderecha), partido que, además, es condenado a pagar 245.492 euros por haberse beneficiado económicamente de esa trama.
La condena, aunque sea por responsabilidad civil y no penal, ha causado un fuerte impacto en España y un aluvión de críticas contra el Partido Popular, al que la oposición acusa de estar vinculado con la corrupción, dados los diferentes casos que se suceden desde hace años con personas que han ocupado puestos relevantes de esa formación y del Gobierno.
Los socialistas se apresuraron a registrar una moción de censura, la cuarta que se presenta en cuatro décadas de democracia española y la segunda en poco más de un año contra Mariano Rajoy.
La sentencia del caso Gürtel ha alterado el panorama y es el argumento empleado por el líder socialista, Pedro Sánchez, para justificar la moción.
“Alarma” e “indignación social” fueron términos empleados para hablar de la sentencia judicial por Sánchez, que sería presidente del Gobierno si gana la moción.
Sin embargo, Sánchez no lo tiene fácil, porque necesita 176 votos de los 350 del Congreso.
Para ello requiere el respaldo de Unidos Podemos (que es favorable) pero también de pequeños partidos nacionalistas o abiertamente independentistas, lo que le supondría un fuerte coste político y de imagen en la mayor parte de España.
Los liberales de Ciudadanos (que ya disputan el liderazgo electoral del centroderecha al Partido Popular) pidieron a Mariano Rajoy elecciones inmediatas y se desmarcaron de la moción socialista, hasta el punto de que se plantean presentar ellos una propia.
“La solución no es que Rajoy salga (del Ejecutivo) para que entre Sánchez”, dijo el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, quien añadió que si el presidente del Gobierno “se enroca y no da voz a los españoles”, su partido impulsará una moción de censura instrumental “sólo para convocar las elecciones”.
Los liberales marchan con el aire favorable de las encuestas y el líder socialista se limitó a asegurar que los comicios serían “cuanto antes”, sin precisar fecha y después de un período de estabilidad con él al frente del Gobierno.
Esa necesaria estabilidad fue a la que aludió Mariano Rajoy cuando compareció ante la prensa tras la reunión semanal del consejo de ministros, en un momento de mejora de la actividad económica y con el contencioso abierto con los secesionistas catalanes, con su vertiente política y judicial.
Rajoy, un veterano de la política al que todos reconocen su capacidad de resistencia, restó importancia a la condena por el caso Gürtel y atribuyó a Sánchez el único objetivo de ser presidente del Gobierno “a cualquier precio y con quien sea”.
Ello en alusión a la necesidad de que Sánchez tuviera que pactar con otros partidos, incluidos nacionalistas de izquierda y los independentistas catalanes: “Cualquier Gobierno constituido con estos apoyos es inviable. El señor Sánchez lo sabe y le da igual”, añadió.
La moción de censura podría celebrarse durante el mes de junio, aunque la fecha final dependería de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, correligionaria de Mariano Rajoy.
Sánchez renunció a su acta de diputado en octubre de 2016 cuando se presentó y obtuvo el cargo de secretario general del Partido Socialista Obrero Español, tras expresar su desacuerdo con el comité federal socialista que era proclive a facilitar la anterior investidura como presidente de Mariano Rajoy. Fuente: EFE