París. El partido ultraderechista francés Frente Nacional (FN) pagó ayer en la segunda vuelta de las elecciones regionales en Francia el precio de su aislamiento político, víctima en las urnas de la estrategia socialista para impedir su paso y de una amplia movilización ciudadana.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Tras haberse situado en cabeza en seis de las trece circunscripciones una semana antes, la formación de Marine Le Pen logró un récord histórico de votos, con 6,8 millones de sufragios, pero no consiguió colocar a ninguno de sus candidatos al frente de un Ejecutivo regional.El partido conservador Los Republicanos, que dirige el ex presidente Nicolas Sarkozy, ganó siete de las regiones en juego, mientras que los socialistas superaron sus expectativas y se mantuvieron en cinco, y los nacionalistas moderados corsos arrebataron a la izquierda el Gobierno de la isla.“La estrategia de 'desmonización' del Frente Nacional para hacer creer que es un partido en el que se puede confiar ayer no funcionó. La política se hace para ganar, no para luchar de forma perpetua contra un muro que te impide el acceso al poder”, explicó a EFE el politólogo Jean-Yves Camus.El también director del Observatorio de Radicalizaciones Políticas (ORAP) añadió que aunque los indicadores mostraban que se tiene menos miedo de Marine que de su padre, el cofundador de ese partido, Jean-Marie Le Pen, el cambio no basta para que la agrupación sea mayoritaria.En las presidenciales del 2002 el patriarca pasó a la segunda vuelta, pero ni entonces ni en las regionales de ahora se evitó su limitación histórica de superar el 50 % de los votos en la última ronda.El Frente Nacional “no tiene aliados”, y si en las presidenciales del 2017 se repite ese mismo escenario habrán pasado 15 años “en los que habrá ganado votos y porcentaje, pero seguirá condenado a la oposición”, estima el experto.Su derrota en las regionales de ayer fue clara en términos absolutos, pero “menos impresionante” a nivel relativo, añade Bruno Cautrès, investigador del Centro de estudios políticos de la Universidad Sciences Po (CEVIPOF).Y su avance en esos comicios constituye en su opinión “un aviso sobre el hecho de que una parte electorado, especialmente las clases populares y los parados, no se ven reflejados en el juego de la derecha o la izquierda”.La estrategia del Frente Nacional funcionó en la primera vuelta, pero en la segunda, “sin socios”, se vio frenado por el llamado “dique republicano”, con el que, para impedir su paso, los socialistas decidieron beneficiar a la derecha al retirarse de las zonas donde el total de votos de la izquierda no tenía posibilidades de ganar.Electoralmente, según añade a Efe el también politólogo del CEVIPOF Madani Cheurfa, puede hablarse de una derrota, pero el Frente Nacional ha conseguido pese a todo “redistribuir las cartas del juego” e instalar su partido en el panorama político, con su propio electorado y “capacidad para producir candidatos”.La agrupación de Le Pen, a su juicio, se ha beneficiado del actual contexto de crisis, paro e inseguridad ante los ataques terroristas del pasado noviembre, y haber ganado peso le coloca en buena posición de cara a las presidenciales.Será en ese momento, según los expertos, cuando se demuestre si la actual apuesta de conservadores y socialistas, que han fomentado más un voto “en contra de” que “a favor”, vuelve a dar resultado.“Funcionó ayer, pero no significa que vaya a volver a hacerlo”, destacó Camus, consciente de que el seguimiento ciudadano de las consignas lanzadas por esos dos partidos, con una participación que rozó este domingo el 60 %, no tiene por qué repetirse.El primer ministro de Francia, Manuel Valls, advirtió ayer de que “el peligro de la extrema derecha no se ha eliminado”, mientras que Sarkozy llamó a tomarse como una “advertencia” las cifras de la primera vuelta y el progresivo avance del Frente Nacional.Desde su llegada a la presidencia del partido en el 2011, Marine Le Pen ha estabilizado el electorado, que no ha bajado de 6 millones de votos y ha rozado los siete en función de la participación.Le Pen, que se congratuló de haber triplicado sus consejeros regionales respecto al 2010, ve “vitales” las próximas presidenciales, donde según un sondeo difundido hoy por “Le Figaro”, pasaría a la segunda ronda, para verse batida de nuevo por cualquiera de sus contrincantes.
Fuente: EFE