El líder de Syriza, Alexis Tsipras, aceptó serenamente la derrota de su partido este domingo en las elecciones generales griegas y defendió el legado de su Gobierno, que deja un país en crecimiento económico y con las cuentas saneadas, y afirmó que se va “con la cabeza alta”.
El hasta ahora primer ministro compareció ante los medios con algo más del 50 % de voto escrutado, cuando ya no suscitaba dudas la victoria de la conservadora Nueva Democracia, con el 39,8 % de los votos frente al 31,4 % de la izquierdista Syriza.
El partido conservador liderado por Kyriakos Mitsotakis obtuvo 158 escaños, siete por encima de la mayoría absoluta, mientras que Syriza se quedó con 86 escaños.
“Nos vamos con la cabeza alta. Hace cuatro años nos encargamos de un país al borde de la quiebra. Hoy dejamos un país libre (de rescates), en crecimiento y con reservas en sus cajas, con el interés de la deuda al mínimo histórico”, afirmó Alexis Tsipras.
Aseguró que el resultado es “el coste político” de las difíciles decisiones que han tenido que tomar, pero que “no constituye una derrota estratégica”. “Trabajaremos para que sea temporal”, aseguró.
El líder de Syriza expresó que espera que la victoria de Nueva Democracia no conduzca a un “revanchismo” por parte del partido conservador que afecte a los derechos sociales y que, como principal fuerza de la oposición, lucharán para que esto no ocurra.