En los cuentos de hadas, las princesas suelen ser rescatadas por guapos caballeros andantes capaces de realizar las más valerosas hazañas. Durante mucho tiempo, Iñaki Urdangarin fue para la infanta Cristina de Borbón el héroe de su historia. Sin embargo, por estos días, el ex deportista olímpico y la hija del rey de España están bastante lejos de protagonizar un relato que concluya con un “vivieron felices para siempre”.
Hoy se ha anunciado que la infanta tendrá que declarar el 8 de febrero próximo en un caso de blanqueo de capital y delito fiscal por el que es investigado su esposo. Dicha decisión se da pocos días después de que la Cristina de Borbón fuera imputada en el proceso. La hija del rey tiene que responder ahora por los delitos que se le asignan al que fuera el yerno perfecto de Juan Carlos I de España.
La historia de Iñaki Urdangarin es una de ascenso social. El sexto hijo de un industrial vasco nació en 1969 en Zumárraga pero creció en Barcelona. Fue en esa ciudad donde empezó a jugar balonmano, un deporte que le reportaría muchos éxitos. Sus buenas performances lo llevaron a ser seleccionado de su país en tres Juegos Olímpicos. En una de esas justas conoció a la que sería su esposa.
Según cuentan los medios españoles, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, la infanta al ver a Urdangarin preguntó: “¿quién es ese rubio?” y luego pidió su teléfono. Por esos días, el deportista estaba emparejado con otra mujer pero a la hija del rey poco le importó. Bregó por conseguir su atención y lo consiguió. Un año después ya estaban casados.
Su ingreso a la Corona española fue recibido con alegría por los monarcas. “Estamos encantados”, dijo la reina Sofía el día que se anunció el compromiso. Por esos días, Urdangarin también hacia su mejor esfuerzo para mostrarse como un hombre humilde y comprometido. “Ya sé que será duro, porque tener la carrera de empresariales y encontrar trabajo a los treinta años no va a ser fácil”, declaró al diario “El País” seis meses antes de casarse.
Tras la boda siguió jugando balonmano hasta el 2000 cuando se retiró en los Juegos Olímpicos de Sidney. Tras dejar el deporte se convirtió en miembro del Comité Olímpico español hasta el 2005. Paralelamente empezó a incursionar en actividades empresariales y en el 2004 fundó Nóos la consultora estratégica por las que es acusado de enriquecimiento ilícito. En el 2006 fue nombrado consejero de Telefónica Internacional y se trasladó junto a la infanta y sus cuatro hijos a Washington. Los medios ibéricos indican que ese viaje a la capital estadounidense indicaba un primer distanciamiento con la Casa Real española.
Fue en el 2011 cuando salieron a la luz las actividades ilícitas de Nóos. En noviembre de ese año Urdangarin es imputado y deja de ser el yerno perfecto. La corona española decidió apartarlo por su conducta “no ejemplar”. Desde entonces ha hecho todo lo posible por evitar que su esposa sea comprometida en el caso pero la imputación de la infanta marca su fracaso.
Sin embargo, sus actividades clandestinas no se redujeron al plano económico. El diario “El Mundo” de España publicó hace pocos días que el ex deportista olímpico siempre ha sido un mujeriego. Correos electrónicos difundidos por ese medio muestran que tuvo una relación con la esposa de uno de su mejores amigos entre el 2002 y el 2003. Sus amigos indican que no fue la única amante que ha tenido durante su matrimonio. El que fuera un príncipe azul se ha vuelto el sapo de la historia.