Kiev (EFE) Las fuerzas ucranianas intensificaron hoy la ofensiva contra los separatistas y estrecharon el cerco sobre el bastión prorruso de Slaviansk, uno de los objetivos militares que quiere cumplir el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, antes de decretar el alto al fuego unilateral que ha prometido.
Más de veinte soldados ucranianos murieron en enfrentamientos con los rebeldes en el marco de la amplia ofensiva lanzada hoy por el Ejército contra varias localidades controladas por los prorrusos en el área de Slaviansk, según informaron varios diputados del partido nacionalista Svoboda, integrado en el Gobierno ucraniano.
Las milicias prorrusas reconocieron su retirada desde las localidades de Yámpol y Séversk, al noreste y este de Slaviansk, después de que una gran columna de blindados del Ejercito ucraniano atacara sus posiciones en la zona.
“Tenemos muchas bajas y heridos”, dijo un portavoz de los rebeldes a las agencias locales, y también denunció que la población civil se ha refugiado en los sótanos de sus casas para huir de la ofensiva.
De acuerdo a las fuentes de los prorrusos, en el ataque participaron unos 20 tanques y 50 vehículos blindados, además de dos batallones de infantería, aviones de asalto Su-25 y artillería de gran calibre.
El portavoz de la operación antiterrorista, Vladislav Selezniov, confirmó el inicio de la fase activa de la ofensiva en los alrededores de la ciudad de Krasni Limán, al noreste de Slaviansk y muy próxima a las dos localidades atacadas por las tropas.
“Los guerrilleros se han negado a deponer las armas, por lo que las fuerzas que participan en la operación antiterrorista están reforzando sus posiciones a fin de cercar al enemigo”, explicó.
Los combates entre los bandos llegaron también a las afueras de la ciudad de Artyomovsk, a unos 30 kilómetros al sureste de Slaviansk, totalmente rodeada por las fuerzas gubernamentales.
EL ALTO AL FUEGO UCRANIANOLa gran ofensiva fue lanzada en la víspera de que Poroshenko presente mañana su plan de arreglo pacífico del conflicto armado que empezó a mediados del pasado mes de abril, cuando Kiev lanzó una operación antiterrorista contra los separatistas prorrusos.
La primera medida de este plan, compuesto por otros trece “pasos políticos”, en palabras del propio líder ucraniano, será la declaración de un alto el fuego unilateral que debería permitir a los rebeldes deponer las armas e incluso abandonar el país para evitar ser perseguidos.
Sin embargo, el presidente puso hace tres días una condición ineludible para dar ese primer paso: recuperar el control de la frontera con la vecina Rusia, ahora parcialmente en manos de los prorrusos.
Tampoco parece que el alto fuego llegue antes de la rendición total de Slaviansk, como parece indicar la ofensiva lanzada hoy, o la liquidación de los milicianos que defienden esa ciudad, escenario de los combates más cruentos desde casi dos meses y prácticamente abandonada por sus habitantes.