Era la tarde del sábado 26 de mayo. Mamoudou Gassama pasaba por un vecindario en el norte de París, en su camino para ver la final de la Champions League entre el Liverpool y el Real Madrid en televisión.
Cuando caminaba por la Rue Marx-Dormoy vio a una multitud mirando hacia arriba, a un edificio residencial.
Todos miraban a un niño pequeño que colgaba del borde de un balcón del cuarto piso, de una sola mano, mientras que un vecino, al otro lado de la pared divisoria, trataba desesperadamente de alcanzarlo.
Gassama dijo más tarde que no tuvo tiempo para pensar, solo actuó. Alcanzó el balcón más bajo, y de ahí saltó para alcanzar el siguiente balcón.
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La multitud gritaba “Allez, vas-y, vite!” (“¡Vamos, vamos, rápido!”) mientras avanzaba por el costado del edificio, justo cuando parecía que el niño estaba a punto de caerse.
A los pocos segundos de alcanzar el primer balcón, Gassama llegó al del cuarto piso. Agarró al niño con una mano y lo puso en un lugar seguro.
Mientras lo hacía, la multitud estallaba en vítores y las imágenes de los teléfonos móviles mostraron como el tráfico se había detenido porque todos estaban mirando hacia arriba.
En unas pocas horas, esas imágenes fueron compartidas y transmitidas por todo el mundo.
Un nuevo héroe
A medida que las imágenes del asombroso rescate se extendían por todo el mundo, también lo hacían los elogios por la valentía de Gassama.
Cuando se supo que Gassama era un inmigrante en situación irregular, originario de Mali, el presidente francés Emmanuel Macron anunció que se le concedería la ciudadanía y le otorgó una medalla por su valor.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, hizo lo mismo, y los bomberos de la ciudad le ofrecieron una pasantía, que comenzó a principios de diciembre.
Sus hazañas incluso fueron contadas en una canción, del cantante y comediante Saga Love. En L'Araignée Noire (“La araña negra”), dice: “Trepó... primer piso, segundo piso, tercer piso, cuarto piso...” hasta un 12º piso imaginario.
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La canción también hace referencia a Lassana Bathily, quien en enero del 2015 escondió a sus clientes de un hombre armado que atacó el supermercado kosher de París en el que trabajaba.
Al igual que Gassama, Bathily también es de Mali y se convirtió en ciudadano francés después de sus valientes acciones.
Los dos se conocieron en los días posteriores a la hazaña de Gassama, y Bathily pudo darle consejos sobre cómo manejar la atención.
“Con la forma en que la gente mira a los inmigrantes en estos días”, dijo Bathily en una entrevista en junio, “actos como el de Gassama pueden cambiar las cosas”.
“Había alrededor de 1.000 personas allí, todas mirando hacia arriba, sin hacer nada. Ni siquiera pensó en eso. Su único pensamiento fue: 'Tengo que salvar a ese niño'”. Y eso fue lo que hizo“.
Gassama hizo algunas apariciones en los medios a lo largo del año, y en junio le entregaron un galardón humanitario en los premios Black Entertainment Television en Los Ángeles (entre otros galardonados esa noche estuvieron el elenco de Black Panther y Beyoncé).
Lo hizo sin pensar
Tímido por naturaleza, Gassama no ha hablado mucho en público desde el rescate, y un amigo cercano dijo que la atención de los medios lo había intimidado un poco.
Pero el día antes de comenzar su trabajo de medio tiempo con los bomberos de París, dio una inusual entrevista al periódico Le Parisien.
“No pensé en todos los pisos”, le contó al periódico. “No pensé en el peligro”.
Dos semanas después del rescate, Gassama regresó a Mali por invitación del presidente.
En la capital, Bamako, vio a su padre por primera vez desde el 2011, cuando Gassama partió hacia Europa a los 15 años, atravesando el norte de África y el Mediterráneo en busca de oportunidades. La visita a Bamako fue la primera vez que el padre de Gassama abandonó su pueblo natal.
Se dice que Gassama progresa en su nuevo trabajo, pero no está claro qué pasará cuando expire su contrato de 10 meses.
¿Qué fue del niño y su familia?
Gran parte de la atención después del rescate se centró en la familia del niño que colgaba del balcón. Algunas personas asumieron erróneamente que el hombre visto alcanzándolo desde otro balcón era su padre.
Más tarde se supo que el padre del niño no estaba en casa y que había dejado solo a su hijo para ir de compras. El padre retrasó su regreso para poder jugar Pokémon Go, y la madre del niño estaba en la isla francesa de Reunión, de donde proviene la familia.
En setiembre, el padre del niño fue declarado culpable de descuidar sus responsabilidades paternas e hizo un curso para ser un mejor padre.
Ni él ni el niño fueron identificados públicamente.
En cuanto a Gassama, ahora se ha mudado del albergue en Montreuil, en el este de París, en el que se encontraba en el momento del rescate.
Como ahora tiene toda la documentación que viene con la obtención de la ciudadanía francesa, ha podido alquilar un apartamento por su cuenta.