Dos periodistas grababan las pésimas condiciones de vida en la “Jungla” de Calais, un inmenso y precario campamento de inmigrantes en el norte de Francia, cuando tres refugiados se abalanzaron sobre ellos armados con cuchillos y gas pimienta para robarles.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El impactante momento fue registrado el sábado por la cámara del holandés Maaike Engels, quien estaba grabando el documental “Calais: Bienvenido a la jungla” junto a su colega Teun Voeten en el momento en que fue atacado y empujado en una tienda de campaña por los tres jóvenes que intentaban robarle su cámara.
Pese a lo tenso del momento, las imágenes también muestran cómo los atacantes corren al ser ahuyentados y perseguidos por otros refugiados que incluso les lanzaron piedras para alejarlos.
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(Video: YouTube: Maaike Engels)
Engels, que se encontraba en Francia para grabar el documental, escribió en su página de Facebook: “En todas las comunidades, incluso las mejores, usted siempre encontrará un par de idiotas”, según informó el Daily Mail.
'La jungla de Calais no es una excepción. Pero supongo que viviendo en esas condiciones deplorables los menos creativos, inteligentes y ambiciosos son muy propensos a convertirse en pequeños delincuentes, porque no tienen un objetivo superior“, agregó.
Ambos periodistas alabaron la ayuda obtenida por los otros inmigrantes y aseguraron que finalmente nada les fue robado.
Cuatro mil personas viven en esta enorme villa en condiciones penosas desde hace meses, con la esperanza de poder pasar un día a Inglaterra.
Con el refuerzo de los controles alrededor del puerto de Calais y la dificultad creciente que encuentran los inmigrantes para infiltrarse en los camiones o en los trenes del túnel de la Mancha, la “Jungla” ha ido adquiriendo el aspecto de un campamento permanente.Aunque apareció en ella un “calle” con puestos de venta, restaurantes y un peluquero, y las tiendas de campaña van siendo reemplazadas por cabañas de madera, el campamento, lleno de inmundicias, sigue siendo un lugar de aburrimiento, de frustración y de desesperanza.
Los miembros de las asociaciones humanitarias que ayuda a los inmigrantes tratan de aportar también distracciones a los “habitantes”, en su mayoría procedentes del este de África, de Oriente Medio y de Afganistán.Con información de AFP