París. Los refugiados que afluyen hacia Europa sueñan con una vida mejor en Alemania, Suecia u Holanda; Francia, pese a ser la segunda economía del continente, está excluida de ese sueño europeo, esencialmente a raíz del desempleo y del plazo de obtención del asilo.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Francia “es agradable para visitarla, pero no para trabajar”, afirma Abdulrahman Alshehagi, un sirio de 26 años entrevistado por la AFP en una estación ferroviaria de Suecia.“Francia no es buena para mi futuro, y además no tiene la reputación de dar fácilmente los permisos de residencia”, declara también Edward, iraquí de 24 años que se dispone a embarcar en Estocolmo hacia Finlandia.Además de la tasa de desempleo, que sobrepasa el 10%, los refugiados señalan que en Francia los solicitantes de asilo no tienen derecho a trabajar mientras se examina su caso, y ese plazo es, como media, de nueve meses.Otro problema para ellos, el alojamiento. Solo un tercio de los solicitantes de asilo son albergados en residencias que les son destinadas, y no está previsto nada para los que lo obtienen. El resultado es que muchos refugiados viven en insalubres edificios ocupados o directamente en la calle.Y los exiliados “intercambian sus experiencias” en las redes sociales, señala Sabreen Al-Rassace, de la asociación de ayuda a los inmigrantes sirios Revivre. “Para ellos, Francia no es un buen país de acogida”.Como consecuencia, Francia espera recibir unas 65.000 nuevas solicitudes de asilo este año, el mismo número que en el 2014, cuando Alemania cuenta recibir cerca de un millón de refugiados.Para aliviar la carga de Alemania, el presidente francés, François Hollande, propuso hace dos semanas ir a buscar a unos mil sirios e iraquíes llegados a Múnich, a fin de recibirlos en Francia.Funcionarios franceses se trasladaron a la ciudad alemana, pero sólo consiguieron convencer a 600 personas de venir a Francia.Entre ellas, Sabah, de 38 años, profesora de ingles originaria del este de Siria. “Nos prometieron tres cosas: darnos fácilmente documentos, que nuestras familias pueden reunirse con nosotros y un derecho de estadía de diez años”, cuenta Sabah en un monasterio de la región parisina en el que es alojada.
Dudas
En la misma residencia, Ahmad, de 29 años, cuenta que “dudó” antes de decidirse a venir a Francia. “Habíamos oído decir que Francia no quería recibir refugiados. Otros sirios tuvieron dificultades aquí y me dijeron que se necesitaría mucho tiempo para que mi familia obtuviera documentos”.Originario de Damasco, Ahmad, que dejó allí a su esposa y a sus dos hijos, duda todavía de haber tomado la buena decisión, pero asegura que se volverá a Alemania “si las cosas no van bien”.Por su parte, Saleh Al Moussa, de 17 años, está ya decidido a volver a Alemania, donde vive su hermano. “Aquí no conozco a nadie”, dice.El hecho de tener familiares o amigos que faciliten la integración es un elemento decisivo en la elección de un país por parte de los refugiados. Y la diáspora siria no es importante en Francia. De la misma manera, los eritreos y los somalíes prefieren partir hacia Inglaterra, donde viven muchos de sus compatriotas.Finalmente, según la OCDE, los factores geográficos inciden en la elección. Los refugiados llegan cada vez más por el este de Europa y entran a Alemania antes que a Francia.Por todos esos motivos, Francia ha dado asilo solamente a 7.000 de los cuatro millones de sirios que huyeron de su país desde el comienzo del conflicto, en el 2011.Pese a que Francia se comprometió a recibir 31.000 más en los dos próximos años, el país debería “preocuparse” por el hecho de no aparecer como más atractivo, estima François Gemenne, especialista de las migraciones de la universidad de Versalles.“El hecho de que no sera ya considerada como tierra de acogida quiere decir, sin duda, que su salud económica no es muy buena, pero también que tampoco lo es su salud democrática”, acota.
Fuente: AFP