Fue el peor de los desenlaces. Casi 500 días después de su desaparición, el caso de Diana Quer, uno de los sucesos más mediáticos de los últimos años en España, concluyó con el hallazgo del cuerpo de la joven.
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Durante ese tiempo sus restos estuvieron en un pozo de una nave industrial en el pueblo de Rianxo, en el noroeste de España, situado a pocos kilómetros del lugar donde se perdió su rastro, el 22 de agosto del 2016
Las pruebas de ADN confirmaron este martes lo que ya todo el mundo daba por hecho: el cuerpo hallado es el de la joven. Los restos fueron localizados el 31 de diciembre tras la confesión del único arrestado por el caso, José Enrique Abuín Gey.
“Gracias a Dios nuestra sociedad en España tiene una respuesta”, dijo el padre de la joven, Juan Carlos Quer, después del hallazgo.
Quer, una madrileña de 18 años que solía veranear con su familia en la localidad gallega de A Pobra do Caramiñal, desapareció cuando regresaba a casa de las fiestas del pueblo.
Su madre la llamó esa noche para preguntarle si quería que la fuera a recoger, pero ella le dijo que volvería caminando.
Al día siguiente, cuando la madre vio que su hija no estaba en casa, hizo una denuncia y comenzó la búsqueda.Desde ese momento, el rostro de la joven, así como de sus padres, Juan Carlos Quer y Diana López Pinel, se convirtieron durante semanas en una presencia cotidiana en los medios de comunicación.La desaparición también puso al tranquilo pueblo de A Pobra do Caramiñal en el foco mediático.
La última señal del celular de la joven se registró a 20 kilómetros de allí, en Rianxo, el pueblo donde aparecieron sus restos. Gracias a eso se supo que la joven se subió a un auto.Durante las primeras semanas se barajaron las hipótesis de fuga voluntaria y de secuestro a cambio de rescate, que fueron perdiendo fuerza con el paso del tiempo.Pese a que el teléfono de la joven fue hallado por un mariscador, y tras el análisis de las señales de otros teléfonos de la zona y cámaras de seguridad de las posibles rutas, el juez archivó el caso en abril tras meses de investigaciones sin avances suficientes.
La detención de Abuín, conocido por el alias “El Chicle”, fue posible gracias a las investigaciones por un intento de secuestro de una mujer el 25 de diciembre en la cercana localidad de Boiro.
Entonces una mujer denunció haber sido víctima de un intento de secuestro y agresión sexual por parte de un hombre, que gracias a su descripción, condujo a los agentes hasta Abuín.
La Guardia Civil ya tenía a Abuín, con antecedentes policiales y una condena por tráfico de drogas, como el principal sospechoso de la desaparición de la joven.Su carro había sido registrado por las cámaras de seguridad, y las posiciones de su teléfono coincidían con las últimas registradas del de Quer.Pero Abuín tenía una coartada: su esposa, Rosario Rodríguez, siempre mantuvo que había estado con ella esa noche. Hasta este fin de semana, momento en el que cambió su declaración y relató a los agentes que su marido no estuvo con ella la noche de la desaparición de Quer.Desmontada su coartada, “El Chicle” no tuvo más opción que confesar y guió a los agentes hasta el lugar donde se encontraba el cadáver.“El sueño de que volviera se transformó de repente en la pesadilla que vivimos estos días”, dijo el alcalde de A Pobra do Caramiñal, Xosé Lois Piñeiro.