París. Figura del “no” a la guerra de Estados Unidos contra Irak, el expresidente Jacques Chirac, fallecido este jueves a los 86 años, será recordado como un político clave de la derecha francesa, popular pese a sus reveses judiciales y amante de la buena vida.
Chirac fue presidente 12 años (el mandatario más longevo en el cargo después de su predecesor socialista, François Mitterrand), dos veces primer ministro, tres veces alcalde de París, creador y líder de partido y ministro en varias ocasiones. Con su muerte se cierra una página de la historia de la derecha francesa y de la V República francesa.
Líder de los detractores de la invasión estadounidense de 2003 contra el Irak gobernado por Sadam Hussein, Chirac pasará a la historia como el presidente que plantó cara a Estados Unidos, pero también como el primer exmandatario de Francia que vivió la deshonra de una condena judicial.
En 2011 fue condenado por un caso de empleos ficticios cuando era alcalde de París. Chirac no compareció ante el tribunal por razones de salud, lo que le evitó la humillación de una sentencia ante las cámaras.
Alto, delgado, encantador y amante de la buena vida, su popularidad no dejó de aumentar después de dejar la presidencia, pese a una vida discreta marcada por escasas y breves apariciones públicas. Según un sondeo publicado en abril de 2015, los franceses lo consideraban el presidente “más simpático”, muy por delante de Mitterrand y de Charles de Gaulle.
Chirac sabía hablar ante la ONU, pero se movía como pez en el agua entre las vacas de los agricultores franceses y en eventos multitudinarios, en los que presumía de tener récords estrechando manos.
Para sus amigos y enemigos era un político carismático, hábil y versátil. En cambio, su balance político suscita menos consenso y menos entusiasmo.
Fue él quien autorizó los últimos ensayos nucleares franceses en el Pacífico sur, decisión condenada por las organizaciones ecologistas internacionales.
Bautizado “Supermentiroso” por una emisión televisiva satírica, en la que su marioneta era presentada a veces tomando voluptuosamente un baño en una tina llena de dinero robado, Chirac fue también el presidente que disolvió la Asamblea Nacional (Cámara Baja) en 1997, una decisión que desembocó en el retorno al poder de la izquierda y le valió fuertes críticas en su propio campo conservador.
Nacido el 29 de noviembre de 1932 en París, hijo único de una familia burguesa, Chirac fue simpatizante comunista en su juventud, con el telón de fondo de la Guerra Fría de los años 50. Firmó el llamamiento de Estocolmo prosoviético contra la bomba atómica. Pero después pasó un año en Estados Unidos y se instaló definitivamente en la derecha.
De regreso a Francia, terminó el recorrido de estudios clásico de las élites francesas en la prestigiosa Escuela Nacional de Administración (ENA) y se casó con una aristócrata, Bernadette Chaudron de Courcel, con la que tuvo dos hijas, una de ellas ya fallecida.
A fines de los años 50, efectuó el servicio militar en Argelia, donde participó en las operaciones contra los independentistas, lo cual le valió una medalla del valor.
A los 34 años fue elegido diputado de Corrèze. En 1967 pasó a formar parte de uno de los últimos gobiernos del general de Gaulle. Como secretario de Estado del Trabajo, negoció con los sindicatos aumentos salariales en el marco de los disturbios de mayo de 1968. La leyenda dice que acudía armado a las reuniones con el sindicato CGT.
— Tasa contra la pobreza con Lula —
En 1974, con 41 años, se convirtió en primer ministro de su gran rival en la derecha, el presidente Valéry Giscard d’Estaing, proeuropeo y liberal, que le dejó poco margen de maniobra para gobernar. Chirac dimitió del cargo en agosto de 1976.
Adepto de un “laborismo a la francesa”, calificaba a Giscard y a sus partidarios de “partido del extranjero”. Heredero autoproclamado del general de Gaulle, Chirac fundó su propio partido, la Reunión por la República (RPR), ganó la alcaldía de París en 1977 y se presentó por primera vez a la presidencia en 1981.
Convertido al liberalismo de los años Thatcher y Reagan, Jacques Chirac volvió a ser primer ministro en 1986 en un gobierno de “cohabitación” con el presidente socialista François Mitterrand, que le infligió una severa derrota en las presidenciales de 1988.
Después de un año deprimido, Jacques Chirac volvió a la batalla política y fue elegido presidente en 1995.
En 2002 fue reelegido en la segunda vuelta de las presidenciales, con más de 80% de los votos, frente al dirigente de extrema derecha Jean-Marie Le Pen.
Durante su segundo mandato, defendió con el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva la tasa sobre los billetes de avión destinada a ayudar a combatir las enfermedades en 80 países de África y Asia. Esta “tasa Chirac” fue instaurada en 2006.
El fin de su presidencia estuvo marcado asimismo por el “no” francés al referéndum sobre el proyecto de Constitución europea, en mayo de 2005, lo que lo debilitó políticamente y favoreció el ascenso político de uno de sus ministros, Nicolas Sarkozy, elegido en 2007, con el que tuvo grandes diferencias. Tantas que en 2011 dijo que votaría al candidato socialista François Hollande en las presidenciales.
Tras haber sufrido un accidente cerebrovascular en 2005, su salud entró en declive con “pérdida de memoria” y “ausencias” que lo alejaron de la vida pública.
Fuente: AFP