Ciudad de Guatemala. La erupción del Volcán de Fuego en Guatemala el 3 de junio, la más fuerte en 44 años, fue el mayor desastre generado por una erupción volcánica en América Latina este 2018, dejando un saldo de 194 muertos, 234 personas desaparecidas y más de 1,7 millones de afectados en una trágica erupción y posteriores flujos piroclásticos y lahares fatales.
La zona más afectada fue la comunidad San Miguel Los Lotes, en el departamento sureño de Escuintla.
“Nunca había pasado algo como esto”, comentó Aura Concobar (38), quien llegó a un albergue desde El Rodeo, junto a diez miembros de su familia.
En imágenes difundidas en la televisión y en redes sociales, se veían levantarse enormes columnas de ceniza y en el suelo algunos cadáveres semicubiertos del material expulsado por el volcán, y viviendas y vehículos destruidos.
Los fallecidos quedaron atrapados en el material caliente que descendió del volcán, situado a 35 km al suroeste de la capital.
-
La erupción concluyó después de 16 horas y media de actividad.
-
La lluvia de ceniza provocada por el volcán llevó al cierre de las operaciones en el único aeropuerto internacional de Ciudad de Guatemala inicialmente por 24 horas.
El volcán de Fuego, situado entre Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, había generado su primera erupción del 2018 en enero pasado.
Este volcán provocó en setiembre del 2012 la última emergencia por erupción en el país, causando la evacuación de unos 10.000 habitantes asentados en poblados al sur del coloso.
En Guatemala también están activos los volcanes Santiaguito (oeste) y Pacaya (20 km al sur de la capital).
— “La peor erupción en 44 años” —
“Esta es la erupción más grande desde 1974, hemos tenido erupciones constantes pero no de esta dimensión, en esta han descendido hasta ocho kilómetros de lava de gran magnitud”, dijo Gustavo Chigna, experto del Instituto Nacional de Sismología y Vulcanología.
Desde la erupción de junio el Volcán de Fuego ha continuado en actividad. Según el último boletín emitido por las autoridades el 24 de diciembre, registra entre 7 y 9 explosiones por hora y una columna de ceniza a una altura aproximada de 4.400 a 4.600 metros sobre el nivel del mar.
El coloso mantiene una “desgasificación” débil de color blanco extendida a unos 4,2 kilómetros de alto y que se dispersa en dirección al oeste y norte del cráter.
Además, las explosiones son acompañadas de retumbos débiles y moderados, así como sonidos débiles que están asociados a la salida de gases que se llegan a escuchar cada minuto, indica el reporte.