La actividad turística fue uno de los sectores más golpeados por la aceleración de la tasa de devaluación. Sumada a la incertidumbre que genera el dólar y las idas y venidas respecto del recargo del 35% para las compras con tarjeta en el exterior, el parcial levantamiento del cepo parece no dar respiro a un sector que se asume muy afectado por la situación económica vigente.
Las ventas más afectadas son las del turismo emisivo, es decir, los viajes hacia el exterior. Con tono preocupado, Alejandra Paviolo, de Planear Viajes, contó que “no se está vendiendo nada. Cuando, el 3 de diciembre, se aumentó a 35% el recargo para compras con tarjeta en el exterior, las ventas cayeron, pero ahora es peor. Nuestra actividad está en picada. Con los cambios de información la gente dejó de comprar paquetes turísticos por desconfianza. La medida nos arruinó”.
Maribel Arturi, de Divini Trip, también mostró un panorama poco alentador. “Es tremendo. A los minoristas nos mató. La temporada venía muy complicada, pero cuando el dólar se disparó hubo un baja total de ventas porque los mayoristas no tomaban pagos. Nos ilusionamos con la baja al 20% que anunciaron al principio, pero la marcha atrás fue terrible”.
Además explicó que, como el dólar oficial aumentó 26% y a eso se le suma el 35% de recargo, el turismo internacional se está pagando prácticamente al precio del blue. “Entonces la gente ya no quiere a las agencias como intermediarios. Prefiere comprar en el mercado paralelo y pagar los servicios en destino”, se lamentó.
Oscar Salles, gerente comercial de Ola Mayorista de Turismo, explicó que lo que más afecta al sector es la fluctuación del cambio que genera desconfianza en los viajeros y retracción en los viajes.
Como las nuevas medidas alejan el turismo internacional de las posibilidades del consumidor medio, se estima que habrá un incremento del turismo interno.
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