Buenos Aires, AP
Una batalla campal entre jóvenes alcoholizados y la policía, el saqueo de locales comerciales y teatros empañó el domingo una multitudinaria demostración de agradecimiento de los hinchas albicelestes a su selección pese a la derrota 1-0 ante Alemania en la final del mundial.
Al menos 20 personas resultaron heridas y 30 fueron detenidas a causa de los graves incidentes, confirmó la agencia estatal Télam.
Varios miles de personas se habían convocado espontáneamente en el Obelisco, en el centro de Buenos Aires, para festejar con banderas, fuegos artificiales y música el segundo puesto en la Copa del Mundo.
Entrada la noche, jóvenes bajo el efecto del alcohol y drogas avanzaron sobre la multitud con intención de robar. La policía apostada en el lugar trató de dispersarlos con gas lacrimógeno y chorros de agua.
Lejos de amedrentarse, los jóvenes lanzaron piedras, palos y todo objeto que encontraban a su paso, mientras los hinchas que estaban en el lugar, muchos de ellos familias con niños, corrían asustados en busca de refugio.
A medida que eran dispersados por la policía, los vándalos escapaban por avenidas aledañas al Obelisco y saquearon comercios. También provocaron serios destrozos en un conocido teatro.
Antes d elos incidentes, muchos hacían estallar petardos y algunos arrojaban al cielo bengalas de color celeste. Otros hacían sonar sus tambores en son de festejo, mientras las bebidas alcohólicas calentaban la noche del invierno porteño.
“Soy argentino, es un sentimiento, no puedo parar”, cantaba la multitud.
En los medios de comunicación, hinchas y periodistas manifestaban su dolor por el resultado y su orgullo por la tarea cumplida en idénticas dosis.
A pesar del clima de festejo, en el Obelisco no faltaban las voces de decepción sobre Messi. Eduardo Rodríguez, jugador de fútbol sala de 33 años acompañado de su hijo y con una pelota bajo el brazo, dijo: “La gente está agradecida por lo que hicieron estos 11 guerreros. Pero a Messi la falta corazón. Está varios escalones por debajo de Diego (Maradona)”.
Rosalía Álvarez, de 42 años, coincidió en ese punto: “Messi no se ilumina. No sé por qué no llega. Quizás no puede con la presión”.