Una serie de asesinatos de candidatos está marcando la campaña de las elecciones municipales de este domingo en Brasil y provoca temores de que las tensiones políticas se adentren en territorios peligrosos.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Los crímenes se centran principalmente en el Estado de Rio de Janeiro, con 15 asesinatos de candidatos a alcaldes o concejales en los últimos nueve meses, aunque espectaculares atentados ganaron los titulares nacionales en los últimos días.
Un candidato a alcalde de la localidad de Itumbiara (Estado de Goiás, centro-oeste), José Gomes Rocha, y un agente policial fueron ultimados el miércoles a balazos durante una caravana de campaña en la que participaba al gobernador en ejercicio del Estado, José Eiton Júnior, quien resultó gravemente herido.
El agresor, identificado como un funcionario de la alcaldía, fue abatido.
[Brasil: Asesinaron a candidato municipal en acto de campaña]
En Minas Novas (Minas Gerais, sudeste), el alcalde y candidato Gilberto Gomes da Silva fue baleado el miércoles desde una motocicleta, aunque resultó ileso.
El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Gilmar Mendes, prometió impulsar “la investigación sobre los posibles atentados políticos contra candidatos”.
El alcalde abatido de Itumbiara pertenecía al PTB, un partido de derecha, y Gomes da Silva es un dirigente del PPS (izquierda).
Las autoridades movilizaron a unos 20.000 militares para vigilar los comicios, con especial atención en 266 municipios de once estados.
Una opción recibida en muchos casos con escepticismo, dado que “los aparatos represivos del Estado no entienden los conflictos de esas comunidades y son en consecuencia ineficaces”, afirmó el politólogo y juez Joao Batista Damasceno, citado el jueves por el diario carioca O Dia.
Los brasileños elegirán el 2 de octubre (con una segunda vuelta el 30) a más de 5.500 alcaldes, en un ambiente político marcado por la reciente destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, acusada de manipular las cuentas públicas, quien fue reemplazada por su vicepresidente de centroderecha Michel Temer.
— Milicias y luchas por territorios en Rio —
En Rio de Janeiro, el asesinato el lunes del presidente de la célebre escuela de samba Portela y candidato a concejal volvió a poner en primer plano el papel de las milicias paramilitares.
Marcos Vieira de Souza, conocido como 'Falcon', de 52 años, del PP (derecha), fue abatido por encapuchados en Madureira, en el norte de la ciudad.
“Falcon” había sido detenido en 2011 bajo sospechas de pertenecer a la milicia que opera en Madureira, la cuna de Portela, pero la justicia lo declaró finalmente inocente.
“Estamos asistiendo a una serie de asesinatos en los suburbios del norte de Rio y todo indica que hay una conexión entre intereses políticos en conflicto y las milicias”, dijo a la AFP Michel Misse, un especialista en temas de violencia de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ).
[Brasil: Candidato a concejal fue asesinado en acto de campaña]
En total 15 candidatos o personas vinculadas a las campañas electorales fueron ultimadas en la Baixada Fluminense, del empobrecido suburbio norte de la ciudad.
Las milicias son herederas de los 'escuadrones de la muerte' que en la época de la dictadura militar (1964-85) “eran contratados por comerciantes o caciques políticos para 'limpiar' la Baixada de pequeños delincuentes o de adversarios incómodos”, recordó otro especialista en el tema, Ignacio Cano, de la Universidad del Estado de Rio (UERJ).
Actualmente, los milicianos -policías y ex policías- expulsan a los traficantes de droga y se hacen pagar por sus servicios.
“Es un negocio muy lucrativo, cono el del narcotráfico, y [sus participantes] entran en política porque tienen necesidad del poder para protegerse y extender sus territorios”, apunta igualmente la investigadora Alba Zaluar, de la UERJ.
Según el diario O Globo del miércoles, las milicias cobran hasta 120.000 reales (unos 34.000 dólares) por el derecho de pegar carteles electorales en las zonas bajo su control.
El comisario Giniton Lages, que investiga 13 de los 15 asesinatos, explica: “La milicia (...) está imbricada con el poder público y diversifica sus negocios. Y sus miembros tienen que matar para imponerse”.
— Diversificar los negocios —
Las milicias ofrecen además diversos servicios a los habitantes de regiones abandonadas por el Estado, en la búsqueda de consolidar su poder.
Servicios alternativos de transporte o de seguridad, venta de bombonas de gas, instalación de wi-fi son algunas de las actividades propuestas. “Con buenos contactos en las alcaldías, resulta fácil bloquear una redada” policial que busque frenarlas, afirma un dirigente político, que pidió el anonimato.
“Las instituciones no ven, o no quieren ver, el profesionalismo creciente del crimen organizado (...) ni la exportación del modelo de Rio y Sao Paulo a otros Estados brasileños”, advirtió el periodista Chico Regueira, del diario O Globo, en un editorial titulado “Narcoestados ¿presente o futuro?”.
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Fuente: AFP