La muerte hoy de un camarógrafo herido el pasado jueves durante una manifestación en Río de Janeiro volvió a situar las protestas en el foco de atención y puso de manifiesto la escalada de violencia contra periodistas, a falta de cuatro meses para que comience el Mundial de Fútbol 2014.
El camarógrafo Santiago Andrade, padre de una niña de 11 años, se encontraba cubriendo las protestas por el aumento del precio del transporte en el centro de Río de Janeiro para el canal de televisión Band, cuando fue alcanzado por un artefacto explosivo lanzado por manifestantes.
Tras ser herido en la cabeza, el cámara fue trasladado al Hospital Souza Aguiar, donde falleció hoy, después de permanecer varios días ingresado en el Centro de Terapia Intensiva en coma inducido, informó la Secretaría Municipal de Salud.
Los responsables “destruyeron una familia, una familia que era unida, muy unida”, lamentó su esposa en declaraciones a la televisión Globo la noche del domingo.
La muerte de Andrade se suma a la de al menos otras ocho personas fallecidas en diversas ciudades brasileñas, cuatro de ellas atropelladas durante las marchas, desde que comenzaron las manifestaciones en todo el país.
En lo que va de año, Brasil ha sido escenario de diversas manifestaciones contra la organización del Mundial y por el alza en los pasajes del transporte público, motivo, este último, que desencadenó el pasado mes de junio una ola de protestas que sacudieron todo el país coincidiendo con la celebración de la Copa de las Confederaciones.
Dilma ordena una investigación
La presidenta Dilma Rousseff, ordenó hoy a la policía federal investigar el ataque. “No es admisible que las protestas democráticas sean desvirtuados por quienes no tienen respeto por vidas humanas”, escribió la mandataria en su cuenta de Twitter.
Según Rousseff, “la libertad de manifestación es un principio fundamental de la democracia y jamás puede ser usada para matar, herir, agredir y amenazar vidas humanas, ni tampoco para destruir patrimonio público o privado”.
“Ordené a la policía federal que apoye, en lo que sea necesario, las investigaciones para que se imponga el castigo que corresponda”, concluyó.
Fotografías y videos de la trayectoria del proyectil llenaron las portadas de periódicos y la cobertura de noticias en Brasil desde el día de la protesta.
Mientras Andrade era tratado por pérdida de sangre y lesiones en el cráneo en un hospital de Río, la policía buscaba al manifestante que lanzó el artefacto explosivo, quien estaría afiliado a un grupo de jóvenes militantes opositores al Gobierno.
El fin de semana, la policía arrestó a un joven visto en fotos sosteniendo el cohete para que otro manifestante lo encendiera. Según medios locales, el hombre dijo que no conocía al otro manifestante, pero lo reconoció de protestas previas.