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Santiago de Chile (EFE)
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, promulgó este viernes la ley que reforma el sistema impositivo del país, con lo que cumplió el primero de los ejes claves de su programa de Gobierno, junto con cambios estructurales en el sistema educativo y una nueva Constitución.
La reforma tributaria aumenta principalmente los impuestos a las grandes empresas, de forma gradual, de un 20 % a un 27 %, con el objeto de recaudar unos 8.300 millones de dólares y asegurar la financiación de los gastos comprometidos en el programa de Gobierno.
En lo principal, busca financiar una reforma educacional que mejore la calidad de la enseñanza, garantice su gratuidad en todos sus niveles y termine con el lucro en el sector.
Tras firmar la nueva ley, en el palacio de La Moneda, Bachelet indicó que sus objetivos son mejorar la distribución del ingreso, crear nuevos incentivos a la inversión y el ahorro, así como disminuir la evasión y la elusión impositiva.
“Estamos cumpliendo un compromiso de campaña que hice ante cada ciudadano, que la agenda de este Gobierno estaría en disminuir las injustas brechas que separan a nuestros compatriotas y que dificultan nuestro crecimiento, nuestra competitividad y la inserción en el mundo de nuestro proyecto social”, afirmó la mandataria.
“Este es un día histórico porque la reforma tributaria que estamos promulgando hoy es un instrumento poderoso que dará a Chile más y mejores oportunidades de desarrollo, con inclusión”, agregó.
También indicó que en momentos de menor crecimiento de la economía la reforma ayudará a dar más certidumbre a los agentes económicos.
“Están dadas todas las condiciones para que nos pongamos manos a la obra y juntos retomemos la senda de mayor crecimiento”, afirmó Bachelet.
Chile enfrenta una desaceleración de su economía desde mediados del 2013 y se estima que este año la expansión de la actividad sólo llegará a un 2,0 %.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, quien lideró la tramitación de la reforma en el Congreso y logró acuerdos claves con la oposición para que fuera aprobada, destacó que ésta le dará “sustentabilidad y estabilidad gerencial al corazón del programa” de Bachelet.
“Esta reforma tributaria es parte de la gobernabilidad del crecimiento que Chile requiere y necesita para enfrentar las desigualdades y generar estabilidad y un desarrollo inclusivo”, afirmó.
Según Arenas, la vigencia de las nuevas normas contra la evasión y la elusión permitirán recaudar al fisco hacia el 2018 unos 1.400 millones de dólares adicionales.
LAS TRANSFORMACIONES Entre los cambios impositivos que establece la reforma se cuentan nuevos incentivos para el ahorro y la inversión, mayores atribuciones para el Servicio de Impuestos Internos (SII), un alza en los impuestos al tabaco, los alcoholes y las bebidas gaseosas con azúcar; un gravamen a la reventa de inmuebles nuevos y a la limitación al uso del crédito especial en el IVA a la construcción.
Paralelamente, se elimina un beneficio que permite a las compañías tributar sólo por las utilidades retiradas y no las efectivas y se derogará un estatuto que da un sistema impositivo especial a las inversiones extranjeras, que será reemplazado por una nueva norma que está en estudio.
Ambas normas, vigentes desde la década de 1980 como un incentivo a la inversión, fueron consideradas “obsoletas” por el Gobierno.
El proyecto enviado a fines de marzo al Congreso tuvo una tramitación relativamente rápida.
En la Cámara de Diputados fue despachado sin mayores modificaciones, pero luego en el Senado tuvo múltiples cambios tras un acuerdo previo con la oposición derecha.
Al final fue aprobada el pasado 10 de septiembre en el Congreso, tras cerca de cinco meses de debate, lo que es considerado uno de los primeros triunfos políticos de Bachelet.
El ministro Arenas destacó también que la promulgación de la ley permitirá incorporar unos 2.300 millones de dólares al presupuesto fiscal del 2015 que debe ser presentado a fines de este mes al Congreso y aprobado antes del 30 de noviembre.