Este domingo, casi seis millones de bolivianos acuden a las urnas para elegir al presidente y vicepresidente del país, así como a 36 senadores y 130 diputados nacionales.
El actual mandatario, Evo Morales, y su partido, el Movimiento Al Socialismo parten como claros favoritos, muy por delante de su principal rival, el empresario del cemento Samuel Doria Medina, de centro derecha.
Otros candidatos son el expresidente Jorge Quiroga (2001-2002), el excalcalde de La Paz, Juan del Granado, y el indígena Fernando Vargas, ex aliado de Morales.
Pero ¿cuáles son los temas que preocupan a los bolivianos a la hora de decidir su voto y cómo explicar la popularidad del presidente?
BBC Mundo selecciona los 5 asuntos que más resonaron en la campaña y en las calles de Bolivia.
Todas las encuestas dan como ganador a Evo Morales.
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1. Evo Morales
La figura misma del mandatario es uno de los elementos que definen estos comicios.
Su rostro aparece imponente en un inmenso cartel electoral junto al monumento al Che Guevara en la ciudad de El Alto, en uno de los cruces de autos, minivans y comerciantes a pie más caóticos del país.
Y es que Morales es tan popular en Bolivia que si se cumplen los pronósticos, el socialista ganará las elecciones sin necesidad de una segunda vuelta.
El presidente, que gobierna el país desde 2006, se consolidaría como el mandatario latinoamericano vivo con más años en el poder y gobernaría hasta 2020, cuando cumpliría 14 años al mando.
Al tradicional apoyo entre los indígenas y los bolivianos de menos recursos económicos, Morales ha sumado también a otros sectores, incluso de entornos empresariales y clase media, principalmente por la bonanza económica del país.
Hasta en Santa Cruz, un tradicional bastión opositor, el MAS aparece como uno de los partidos favoritos para vencer la elección.
Sin embargo, la oposición denuncia que la hegemonía de su partido en los órganos de poder ha derivado en prácticas autocráticas y persecuciones políticas de opositores, algo que el mandatario niega.
Quizás una de las grandes dudas que persistirán si Morales gana este domingo es qué pasará cuando se acerque el fin de su mandato.
La Constitución no permite otra reelección y ni en su partido ni en su gobierno hay aún un claro heredero que pueda continuar con las políticas “evistas”.
El teleférico ha diluido las diferencias entre las ciudades de La Paz y El Alto.
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2. Crecimiento económico
El flamante teleférico de La Paz, que cuenta ya con dos líneas y planea la apertura de una tercera, es quizás el mayor símbolo de los avances económicos que Bolivia ha experimentado en los últimos años.
Un progreso que explica por qué sus ciudadanos están dispuestos a renovar su confianza en el presidente.
Desde 2006, el país ha crecido a un ritmo anual medio del 5%.
Y hoy en día, con una proyección de aumento del Producto Interno Bruto del 5,5% para 2014, éste es el país con major desempeño económico de toda Sudamérica, según cifras del Fondo Monetario Internacional.
Mientras, las reservas internacionales se encuentran a un nivel sin precedentes del 48% (un porcentaje del PIB mayor que el de las reservas chinas, por ejemplo).
Pero quizás lo que más convenció a los bolivianos de menos recursos o a los que empiezan a entrar en la clase media, fue la reducción de la pobreza de los últimos años.
Mientras en 2005 casi 60% de la población vivía en la pobreza, en 2011 esta cifra era 45%, según cifras del Instituto de Estadística de Bolivia.
La misma fuente señala que la pobreza extrema se redujo en un 15% y otros organismos señalan que la tendencia sigue a la baja.
Es por esto que gran parte de la campaña oficialista se ha centrado en destacar los logros económicos de la gestión presidencial y los planes sociales para amplios sectores de la población.
Sin embargo, la oposición argumenta que el avance de la economía no es mérito de Morales, sino de las políticas de libre Mercado de la década de 1990 y, sobre todo, del alto precio internacional del gas, el petróleo y los minerales, que han llenado las arcas del Estado.
Algunos de sus rivales incluso reprochan a Morales su “despilfarro”, poniendo como ejemplo el uso de coches oficiales o la compra de un avión presidencial diseñado para el club de fútbol Manchester United, que costó US$38 millones.
La Paz está experimentando un auge de la construcción.
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3. Costo de la vida
El crecimiento económico se nota en las calles de La Paz, donde no cesan de levantarse nuevas construcciones y donde en casa esquina parece estar a punto de abrirse un supermercado nuevo.
La llegada de ingresos ha multiplicado el consumo entre los bolivianos. Según el Ministerio de Economía, de los 100 supermercados que había en el país en 2006 se pasó a más de 400 en la actualidad.
Restaurantes, cines y otros centros de ocio han vivido la misma suerte.
Pero una de las quejas más escuchadas en Bolivia es que, con el aumento del costo de la mano de obra (en 2005 el salario mínimo era de US$65, ahora es de US$210) y la excusa del crecimiento económico, algunas empresas están elevando artificialmente el precio de sus productos.
Este mismo fin de semana, el gobierno intervino para frenar la subida del precio de la Coca Cola, una de las bebidas más populares en el país, argumentando que la empresa productora no tenía justificación para aumentarlo.
Mientras, el ejecutivo de Morales se comprometió a que no habrá ningún “gasolinazo” o subida del precio del carburante si gana las elecciones, como habían denunciado sus opositores durante la campaña.
Aunque la inflación en el país ronda el 6,5% annual, el precio de la gasolina, como el de otros productos y servicios se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de los bolivianos.
La violencia contra la mujer es un asunto sin resolver en Bolivia.
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4. Las mujeres
Durante buena parte de la campaña electoral los candidatos se han mostrado rodeados de mujeres, tanto en sus eventos como en sus listas.
Si bien según Naciones Unidas Bolivia se encuentra entre los cinco países de América Latina con paridad de género en política -con 50% de hombres y 50% de mujeres en las candidaturas-, los desafíos para las mujeres en este país aún son inmensos.
La Organización Panamericana de la Salud lo ubica a la cabeza de la lista de 13 países de Latinoamérica con más casos de violencia física contra mujeres y es el segundo en cuanto a violencia sexual.
Y en lo que va de año murieron 157 mujeres de manera violenta, 32 más que en el mismo periodo del año pasado, de acuerdo con un informe del Centro de Información y Desarrollo de la Mujer.
Una de las mayores polémicas del proceso electoral fue la campaña “Machista, fuera de la lista”, organizada por feministas, que logró la renuncia de dos aspirantes al Congreso envueltos en casos de violencia contra las mujeres.
La campaña electoral boliviana no ha estado exenta de hechos de violencia.
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5. La seguridad
Las autoridades reconocen que la llegada de ingresos y desarrollo también atrajo a la delincuencia en varias zonas del país, como Santa Cruz, la capital industrial y económica de Bolivia.
Según el Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana, dependiente del gobierno, “los eventos delictivos con altos grados de violencia o el uso de armas, se están convirtiendo en hechos frecuentes en las principales ciudades de Bolivia, generando altos niveles de temor e inseguridad entre los ciudadanos que las habitan”.
Si bien Bolivia tiene una tasa de homicidios por debajo de la media latinoamericana (12 por cada 100.000 habitantes frente a los 27 de media regional), la sensación de inseguridad ha crecido en las principales ciudades del país.
Y no son infrecuentes los casos de linchamiento o pueblos que se toman la justicia por su propia mano contra los delincuentes.
El gobierno argumenta que está aumentando los esfuerzos y el presupuesto destinado a combatir el crimen.
Mientras, la oposición plantea penas más fuertes, como la cadena perpetua para ciertos delitos, como la trata y el tráfico de personas, además de destinar el 4% de las reservas internacionales en combatir el crimen.