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Cajeros automáticos, bancos, gimnasios, embajadas, restaurantes, estaciones del metro, entre otros, han sido los blancos de las al menos 30 explosiones que han ocurrido en Santiago de Chile en lo que va del año.
En los últimos cinco años, las explosiones de este tipo superan el centenar. Hasta ahora solo habían dejado destrozos y algún herido leve y ocurrieron en espacios poco transitados y en la noche.
¿Quién está detrás de los ataques?
Según la fiscalía y los medios chilenos, grupos antisistema y anarquistas podrían ser los responsables de los ataques.
La fiscalía sostiene que son unos 15 grupos, pero las autoridades del Gobierno creen que son más.
En algunos de los lugares donde se produjeron los bombazos, como el frontis de la iglesia Santa Ana, en el centro de Santiago, aparecieron panfletos alusivos a dos chilenos –Mónica Caballero y Francisco Solar– acusados por la justicia de España de haber colocado una bomba en una basílica, señaló BBC Mundo.
La organización que se hace llamar Célula Revolucionaria Felice Orsini asumió la autoría del ataque a la iglesia a través de un comunicado publicado en una página web.
El incremento de los bombazos llega en pleno debate sobre la Ley Antiterrorista, cuya reforma está prevista para este año.
Se trata de una norma nacida bajo el régimen de Augusto Pinochet (1973-1990) y cuestionada por la ONU al haber sido invocada por las autoridades para perseguir las acciones violentas de los mapuches radicales en el sur del país.
Para aplicar esta ley en los recientes episodios, como piden algunos, “se requiere demostrar que la persona o el grupo quiso causar temor en la población y eso es muy complejo de demostrar en tribunales”, dijo en junio el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Sin embargo, el atentado de ayer, perpetrado en el día y en un lugar concurrido, claramente buscaba generar terror y dañar a la gente.