El principal ministro del primer gobierno de izquierda en Brasil, José Dirceu, volvió el viernes a la cárcel, sumándose a otras figuras históricas del Partido de los Trabajadores (PT), entre ellas el propio ex presidente Lula, que purgan largas penas por corrupción.
Dirceu, de 72 años, se entregó a las autoridades en Brasilia, después que un tribunal de apelaciones rechazara la víspera sus últimos recursos y fue alojado en una celda colectiva de la prisión de Papuda, en las afueras de la capital, en un ala reservada para “ex policías, ancianos, políticos y reclusos con formación universitaria”, indicó la Secretaría de Seguridad Pública.
El jefe del gabinete de Luiz Inácio Lula da Silva entre 2003 y 2005 y cofundador del PT fue condenado a más de 30 años por corrupción en el marco de la operación “Lava Jato”, que destapó un enorme esquema de desvíos orquestado entre políticos y empresarios en torno a la estatal Petrobras.
Por este caso estuvo preso en Curitiba (sur) entre 2015 y 2017, cuando la corte suprema le autorizó a esperar su apelación de segunda instancia en libertad con restricciones y vigilado con una tobillera electrónica para que no abandonara Brasilia, donde tiene su residencia.
Ese escándalo puso tras las rejas a las tres principales figuras del PT, incluido Lula, encarcelado en abril pasado tras ser condenado a 12 años y un mes por corrupción.
También está prisión, desde 2016, el ex ministro de Hacienda Antonio Palocci, quien negocia una “delación premiada” contra su ex jefe.
Dueño de una biografía cinematográfica, que incluye un exilio en Cuba donde recibió entrenamiento militar y fue sometido a una cirugía plástica para enfrentar la clandestinidad en su regreso a Brasil, 'Zé' Dirceu fue el gran operador político del PT en su camino al poder. También fue uno de los personajes clave del llamado escándalo del “Mensalao”, una red de sobornos a legisladores a cambio de apoyo político, que le obligó a dejar el gobierno en 2005, y también del “Petrolao” (o “Lava Jato”), que drenó miles de millones de dólares de la petrolera estatal hacia partidos políticos y cuentas personales. Antes de que estallara el “Mensalao”, Dirceu detentaba un enorme poder al lado del primer presidente obrero de Brasil e incluso llegó a ser mencionado como posible sucesor de Lula. Era “muy poderoso. La figura del Ministro de la Casa Civil [jefe de gabinete] en Brasil es central, es el cerebro, el que filtra todo. Todo pasa por él”, explicó a la AFP el analista político André Cesar, de la consultora Hold. Y Dirceu tenía una “perfil fuerte, era muy bueno en ese cargo” e inclusive después de ser condenado y encarcelado mantuvo una fuerte influencia dentro del partido, agregó.El PT, que salió del poder con el impeachment en 2016 de Dilma Rousseff, denuncia una persecución judicial para impedir la victoria de Lula en las elecciones presidenciales de octubre próximo. Y califica de “golpe institucional” el proceso que llevó al entonces vicepresidente de Rousseff, Michel Temer, a la jefatura del Estado.En una entrevista concedida el lunes pasado al portal Brasil de Fato, Dirceu lamentó que la izquierda no hubiese capitalizado políticamente la popularidad de Lula y de sus programas de distribución de renta, como Hambre Cero. “El problema es que politizamos poco nuestros programas (...) y que subestimamos a la derecha y a las fuerzas adversas”, declaró.Fuente: AFP