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La Paz, EFE
El presidente de Bolivia, Evo Morales, consolidó hoy su triunfo en los comicios del pasado 12 de octubre al confirmar el Tribunal Supremo Electoral su victoria con el 61,36 % de los votos, lo que también le otorga una mayoría parlamentaria suficiente para legislar sin el respaldo de la oposición.
Los resultados oficiales con el escrutinio al cien por cien se conocieron más de dos semanas después de la jornada de votación, un retraso que ha costado a las autoridades electorales numerosas críticas en Bolivia y también por parte de organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA).
El vocal del TSE Ramiro Paredes explicó a los medios que el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) consiguió 25 de 36 escaños en el Senado y 88 de 130 en la Cámara de Diputados, con lo que obtuvo 113 puestos en Asamblea Legislativa de un total posible de 166.
El frente opositor Unidad Demócrata (UD), que postuló al empresario Samuel Doria Medina, obtuvo nueve escaños en el Senado y 32 en la Cámara de Diputados, con un apoyo en las urnas de 24,23%.
A su vez, el Partido Demócrata Cristiano (PDC), que presentó como candidato al expresidente boliviano Jorge Quiroga (2001-2002), consiguió dos senadores y diez diputados, al sumar un respaldo del 9,04 %.
Pese a que el Movimiento Sin Miedo (MSM) y el Partido Verde reclamaron cada uno haber ganado una diputación, el TSE se los negó con el argumento de que la ley electoral establece que la fuerza que no obtenga al menos 3% en las urnas no recibirá escaño alguno.
Al finalizar el acto, representantes de UD, el Partido Verde y el PDC criticaron a los vocales del TSE porque consideran que ayudaron o dieron al MAS un “triunfo asistido” para conseguir los dos tercios con supuestas irregularidades en cómputos regionales.
Este triunfo abre a Morales, que gobierna Bolivia desde 2006, las puertas de un tercer mandato consecutivo con el que se mantendrá en el poder hasta enero de 2020, lo que le convertirá en el presidente que más tiempo ha gobernado el país andino.
Morales, que se encuentra de visita en el Vaticano, se anticipó hace unos días al resultado definitivo en el reparto de escaños y aseguró que había ganado los dos tercios del Congreso.
Esa representación es la misma que ha tenido en la actual legislatura y que le ha permitido avanzar en sus reformas sin tomar en cuenta a la oposición.
El mandatario ha defendido recientemente que los dos tercios son una muestra de la legitimidad de su Gobierno y se acercan a una “democracia comunal”, de consenso y unanimidad, al contrario de la “democracia importada” de mayorías y minorías.
Con esa fuerza parlamentaria, Morales también podrá encarar sin problemas cambios en la propia Constitución.
La oposición teme que el MAS pueda aprobar una ley de reforma parcial de la Carta Magna mediante un referendo sobre la reelección indefinida, algo que el Gobierno niega que esté en sus planes.
La Constitución de 2009 limita a dos mandatos consecutivos la permanencia en la Presidencia, pero el Tribunal Constitucional avaló la candidatura de Morales para un tercer período con el argumento de que su primer gobierno no cuenta porque tuvo lugar antes de la refundación ese año de Bolivia como “Estado Plurinacional”.
El vicepresidente del país, Álvaro García Linera, también reelegido, afirmó este miércoles en una rueda de prensa que la victoria con ese 61% significa “que Bolivia entera ha optado por un camino de economía de Estado y de sociedad que satisface sus necesidades”.
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