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Santiago de Chile (GDA/ Emol)
Jugó un cartón para el sorteo del 30 de julio pasado y un mes después recién Lidia Troncoso Moncada (50) se enteró que era una de los dos afortunados en la máxima categoría del Kino, con 591 millones de pesos [1 millón de dólares]. Sucedió en Chile.
Según cuenta la profesora de educación física, cada semana compra boletos del juego de azar y los guarda en diferentes rincones de su casa. Así es como en muchas oportunidades ha olvidado revisarlos y cuando los encuentra ya están vencidos.
Sin embargo, un sueño de su pareja, Gerardo Valdivia (40), docente de comunicación y lenguaje, evitó que repitiera la fallida experiencia.
“Se despertó un día y me dijo que había soñado con un Kino de color azul. Yo me acordé que tenía como ocho boletos repartidos por la casa y los comencé a buscar. Me senté frente al computador para revisarlos y nada... hasta que en el sexto me apareció 'Felicidades, usted es ganadora de 591 mil pesos'. Eso Leí yo. Le pedí a Gerardo que lo viera y me dijo te faltaron unos ceros: son 591 millones. Llamamos a nuestros hijos Andrés (22) y Romina (13) y era verdad”, recuerda Troncoso Moncada.
Cuenta que decidieron no ir a trabajar al día siguiente. Partieron temprano desde su hogar en San Bernardo hacia la oficina central de Lotería en Providencia para confirmar el premio. A la semana siguiente estaban cobrando su cheque del sorteo 1.674.
“Siempre había tenido la esperanza de ganar el Kino y ya tenía planeado lo que iba a hacer con la plata, lo tenía todo calculado, así que no me dio ningún patatús ni nada parecido. Todo fue bien normal. En el plano material, lo primero fue comprar una casa grande en Pirque, a la que estamos a punto de trasladarnos, y una camioneta del año para andar más cómodos, señala.
Asimismo, Troncoso planea iniciar un emprendimiento que mezcle el ecoturismo y la medicina natural. Para ello, adquirió un terreno en la zona de Parral.
“Lo de las terapias alternativas se debe a que a mi padre, de 74 años, le detectaron un cáncer inoperable a la próstata a comienzos de año y como no nos convencía la medicina tradicional llegamos adonde un grupo que se dedica a la sanación holística sin fines de lucro. Gracias a una dieta desintoxicante a base de hierbas, mi padre se recuperó y los doctores tuvieron que aceptar el diagnóstico”, concluye.