Brasilia. Activistas del grupo ecologista Greenpeace se manifestaron este miércoles en Brasilia para denunciar la política medioambiental del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a quien critican por su inoperancia frente al derrame de crudo que se ha extendido por aguas brasileñas y los incendios en la Amazonía.
Los manifestantes se concentraron frente al Palacio de Planalto, sede del poder Ejecutivo, ante el cual recrearon una playa cubierta de petróleo, en alusión al desastre ambiental en el nordeste de Brasil.
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También fueron exhibidas una motosierra y decenas de árboles calcinados para denunciar la “destrucción” de la Amazonía brasileña, que en los últimos meses se ha visto amenazada por una serie de incendios que algunos expertos atribuyen al aumento de la deforestación.
“Es una protesta contra la política de desmonte ambiental que ha sido puesta en práctica desde el 1 de enero. Ahora vemos las consecuencias, desde el incentivo a los incendios, los mayores en los últimos diez años, hasta la demora en reaccionar con las manchas de petróleo en el nordeste”, resaltó Thiago Almeida, representante de la campaña Clima y Energía de Greenpeace.
El Ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, salió al paso de la denuncia realizada por Greenpeace y acusó a la organización de “ecoterrorismo”.
“Si no fuera suficiente ayudar en la limpieza del petróleo venezolano en las playas del nordeste, los ecoterroristas todavía depredan el patrimonio publico”, señaló Salles a través de sus redes sociales, junto con un vídeo de la acción.
Las pegajosas manchas de petróleo empezaron a aparecer el pasado 2 de setiembre y desde entonces se han extendido por toda la costa nordestina, que cuenta con unos 3.000 kilómetros de bellas playas de arena fina y aguas cálidas durante prácticamente todo el año.
El Estado brasileño ha movilizado un amplio efectivo destinado para retirar las toneladas de petróleo y seguir con las investigaciones, pero las organizaciones ambientales acusan al Gobierno de actuar de forma tardía.
El Ejército se sumó este martes a las labores de remoción y descarte de residuos del derrame, aunque desde hace un mes actúan en la región miembros de la Policía Federal (PF), fiscales del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama, regulador), técnicos de la petrolera estatal Petrobras, bomberos, Defensa Civil, oenegés y centenas de voluntarios.
Más de 900 toneladas de residuos del crudo y arena contaminada han sido retirados de las playas hasta el momento.
Fuente: EFE