Washington, EFE
La ONG Human Rights Watch (HRW) acusó al gobierno del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, de responder de forma tardía a la desaparición de 43 estudiantes en la ciudad de Iguala y de encubrir la masacre cometida en junio en el municipio de Tlatlaya, dentro de un patrón de desidia ante las crisis de derechos humanos.
(Foto: AP)
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El director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco, dijo en una conferencia de prensa que el presidente de México tardó cuatro días en reaccionar al caso de los 43 estudiantes desde que se conoció, el pasado 26 de septiembre, y cuando se pronunció lo hizo mal, sosteniendo que el problema es de Iguala, en el estado de Guerrero.
Una vez que la Fiscalía de Guerrero confirmó el hallazgo de 29 cuerpos en fosas clandestinas que podrían corresponder a algunos de los jóvenes desaparecidos, Peña Nieto se limitó a lamentar la situación y prometió investigaciones.
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“Muy tarde, Peña Nieto, muy tarde. Este asunto pudo haberse resuelto probablemente si hubiera quedado clara la responsabilidad inicial del gobierno federal con esos estudiantes”, indicó Vivanco.
“¿Y por qué es tardía la respuesta del gobierno federal? Porque el tema de derechos humanos para el actual gobierno no es un prioritario, no es un tema central”, agregó.
Aseguró que tanto en el caso de Iguala como en el de Tlatlaya, “hay agentes del estado que piensan que pueden actuar con impunidad, nada menos que desaparecer a decenas de estudiantes con conocimiento de las autoridades, porque tienen la expectativa de que nada les va a ocurrir, porque no hay investigaciones serias”.
(Foto: AP)
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EL CASO TLATLAYA
Respecto al caso de Tlatlaya, en el estado de México, donde 22 civiles murieron presuntamente en un choque armado con militares el 30 de junio, Vivanco puso en duda que las responsabilidades de los hechos se limiten a los tres militares considerados culpables por el fiscal general, Jesús Murillo.
“Hay dos delitos en Tlatlaya: uno es la masacre y el otro, tan grave como la masacre, es el encubrimiento, que es la práctica habitual en México para impedir que estos hechos sean conocidos por la opinión publica y para proteger a los actores”, afirmó Vivanco.
El responsable de HRW aseguró que da la impresión que el encubrimiento continúa, porque no es creíble que tres soldados hayan tomado la decisión por sí solos, sin haber consultado a sus superiores, y hayan tenido la capacidad de engañar a todo un país durante tres meses con una versión oficial que luego se modificó.
“Me da la impresión que en el gobierno de México hay una enorme improvisación”, indicó.
“Es un gobierno que reacciona tarde y solo forzado por la magnitud que alcanzan estos problemas en los medios, y ante la vergüenza que le da su paralización, es que adopta medidas de parche para abordar esa crisis como algo muy circunstancial, con la ilusión de que estos temas van a desaparecer a las pocas horas o a los días”, agregó.
Según Vivanco, “son temas que tratan de esconderse debajo de la alfombra, porque los ven como mala publicidad para México”.
Consideró que la reacción emitida el martes por el Departamento de Estado de EE.UU., que pidió una investigación completa y transparente en Iguala, ha sido un importante factor que ha obligado al gobierno de México a entender que era un tema serio.
No obstante, dijo que le habría gustado ver declaraciones más contundentes por parte de la Administración de Barack Obama, que en general ha sido bastante silenciosa y ha evitado formular criticas sobre el récord de derechos humanos en México.
Vivanco señaló que la desidia y la negligencia del gobierno actual quedan en evidencia con sus avances pobres ante el problema de las desapariciones en el país, algo que denunció en una carta al secretario de gobernación de México, Miguel Ángel Osorio Chong.