La Paz (Reuters). Un campesino boliviano que aseguraba tener 123 años de edad, lo que lo convertiría en la persona más longeva que jamás haya vivido, murió el lunes en su aldea cercana al Lago Titicaca, dijo su hijo.
Carmelo Flores, un indígena aymara, afirmaba que documentos de su bautismo fijaban el 16 de julio de 1890 como su fecha de nacimiento. Las autoridades nunca pudieron comprobar su edad porque Bolivia solo comenzó a emitir certificados de nacimiento oficiales en 1940.
“Ha fallecido ayer a las nueve de la noche”, dijo el martes a Reuters su único hijo vivo, Cecilio Flores, que tiene cerca de 70 años. “Ya no podía levantarse”.
Flores, que vivía en la aldea de Frasquía -150 kilómetros al noroeste de La Paz- a 4.000 metros de altura y sufría diabetes, había atribuido su longevidad a una dieta basada en granos de quinua y setas de la rivera de un río, y a la masticación de hojas de coca.
El título de la persona más anciana del mundo que haya vivido jamás pertenece a la francesa Jeanne Calment, que murió en 1997 a los 122 años, según la organización del Libro Guinness de los Records.