El prestigioso médico forense Osvaldo Raffo fue hallado hoy muerto de un balazo en la bañera de su casa en San Martín (Buenos Aires), donde los investigadores encontraron una nota firmada en la que decía que no aguantaba más los dolores que lo aquejaban por una enfermedad que atravesaba.
Según confirmaron fuentes policiales a “La Nación”, Raffo vivía solo y fue hallado sin vida por su cuidadora. La vivienda no presentaba desorden. Se hallaron dos notas, una donde decía que no soportaba más los dolores, otra donde indicaba a la mujer que lo cuidaba que no entrara sola.
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El caso quedó a cargo de la fiscal Ruiz de la Unidad Fiscal 2 de San Martín. Alrededor de la casa se delineó un perímetro para preservar la escena.
Se informó que el arma utilizada para quitarse la vida fue un revólver, presumiblemente de calibre 38.
Para muchos entendidos en la materia, Raffo, de 84 años, fue el máximo exponente argentino vivo de la medicina forense. Hizo más de 20.000 autopsias. La primera fue en 1963. Hizo peritajes en los casos policiales más transcendentes como en el asesinato de María Soledad Morales, en el homicidio de Alicia Muñiz a manos del campeón mundial de boxeo Carlos Monzón, en el suicidio del prestigioso cardiólogo René Favaloro, en el crimen del soldado Omar Carrasco y en la muerte del fiscal Alberto Nisman.
Se recibió de médico en la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA en el año 1957 y diez años más tarde se graduó como Médico Legista, en la misma facultad, especialidad a la que le dedicaría el resto de su vida, tanto en la práctica como enseñándola en los claustros universitarios. Era, además, especialista en psiquiatría forense.
Sus colegas hablan de él con mucho respeto y lo llaman “maestro”. En agosto del 2013, en una entrevista con “La Nación”, Raffo sostuvo que la función del médico forense es “traducir lo biológico a lo jurídico. El forense debe determinar las causas de la muerte”.
Su último peritaje de interés público había sido el que realizó sobre la muerte de Alberto Nisman, en el que llegó a la conclusión de que el fiscal de la causa AMIA había sido asesinado. Pero a lo largo de su vida, este profesional realizó más de 20.000 autopsias, entre ellas las que correspondían a los casos judiciales más resonantes y recordados.
El caso de Nisman sigue sin una resolución por parte de la Justicia, que no pudo esclarecer las causas del fallecimiento.
Entre otras causas donde Raffo participó con sus conocimientos profesionales se encuentra el de María Soledad Morales, en Catamarca y del soldado Omar Carrasco, en la provincia de Neuquén. Estuvo también en las autopsias de Alicia Muñiz, la mujer asesinada por Carlos Monzón, Nora Dalmasso, en Córdoba, María Marta García Belsunce, el reportero gráfico José Luis Cabezas, Ángeles Rawson, René Favaloro.
En una entrevista concedida al diario “La Nación” en el año 2013, Raffo afirmaba que en su profesión lo había “visto todo”, pero que eso no lo convirtió en un ser insensible, ya que todavía lo atormentaban las imágenes de todos los niños asesinados, de todos los crímenes violentos.
En la misma entrevista, el médico forense admitía que de todos los criminales que tuvo que conocer y analizar en su vasta carrera, al que más temor le tuvo fue a Eduardo Robledo Puch, conocido como el Ángel de la Muerte, uno de los criminales seriales más peligrosos de la Argentina.
Fuente: “La Nación” de Argentina, GDA