“Si hubiese sabido lo que había pasado, no tengas dudas de que me hubiese hecho cargo yo”, aseguró con la voz entrecortada Marcelo Galarza, el padre de Nahir Galarza, la joven que está detenida hace una semana en Argentina por el asesinato de su ex novio, Fernando Pastorizzo.
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En una extensa charla en su casa con el diario argentino “La Nación”, los padres de la joven de 19 años contaron cómo viven estos días y aseguran que su hija no es un monstruo, sino una víctima de violencia de género.
“A mi hija la juzgaron antes de que la Justicia diga qué pasó. La gente acá no quiere que tenga derecho a defensa. Queremos que actúe la justicia, no la gente. Acá estamos al frente de una horda de personas que quieren que volvamos a otras épocas”, dijo Marcelo, que es policía.
Su arma reglamentaria fue utilizada para el crimen.
Horas después de matar a su novio, Nahir Galarza subió a su cuenta de Instagram una foto de ella junto a Fernando Pastorizzo con un mensaje que tenía un tono de reconciliación: “Cinco años juntos, peleando, yendo y viniendo pero siempre con el mismo amor. Te amo para siempre, mi ángel”.
Yamina, la mamá de la joven, recuerda a su hija con amor. Mientras miraba una de la últimas fotos de la familia afirmó: “Esta foto es de mayo, después de 20 años juntos nos casamos. Fue una idea de Nahir, que me diseñó el vestido, compró la tela y armó toda la fiesta”.
“Esperamos que la Justicia diga que pasó y por qué pasó. Mi hija no es lo que dicen. No es un monstruo”, dijo entre sollozos la mujer y detalló: “Nahir tiene un hermano de 16 años con retraso madurativo y hoy las maestras abrieron la escuela para que él fuera y le pudieran explicar lo que pasó con su hermana”.
“Mi hija es hermosa, es casi perfecta. Era compinche conmigo. Era súper educada y respetuosa. Nunca iba a decir una mala palabra. Circula una foto de ella con un cigarrillo, pero ella no fuma. Es más, odia el cigarrillo”, recordó Marcelo, que se mostró dolido por los ataques a Nahir: “Algunos están pidiendo que se coloque una estaca en medio de la plaza y se la cuelgue ahí a mi hija hasta que se muera”.
“Queremos que lo que tenga que surgir de la Justicia se haga. Queremos que no traten de presionar a nadie. Que dejen que la Justicia haga su trabajo esto siga por su causa normal. Para mí, mi hija es hermosa, educada y buena persona. Los que hablan mal de ella, tendrán ganas de decir barbaridades. Mi hija no es un monstruo, es un ser educado y si hubo algo más atrás de esto, va a surgir en la Justicia”.
Según reconstruyó la Justicia, previo al crimen, Nahir y Fernando estuvieron en la casa de los Galarza durante un par de horas, antes de salir en una moto hasta el lugar donde se produciría la muerte del joven de 21 años.
“Nosotros no escuchamos nada la noche del crimen, porque vivimos al lado de un boliche. Los fines de semana, para poder descansar, tenemos que cerrar las puertas de las habitaciones, prender la televisión y el aire acondicionado para intentan dormir”, dijo Marcelo e insistió: “Es imposible haber escuchado algo porque de noche nos encerramos para intentar descansar. Vivimos en esta misma casa hace 50 años. Podes pregúntale a cualquier vecino cómo somos”.
“Acá no hay nada raro. Mi hija se entregó y está a disposición de la Justicia. No hay nada que inventar. No somos loquitos. Ni mi hija es un monstruo. Tuvimos todo el tiempo. Si hubiésemos querido hacer las cosas mal, podríamos haber cruzado la frontera. Estamos a 20 minutos de Uruguay y 4 horas de Brasil. No lo hicimos porque queremos que esté a derecho y afronte las cosas que pasaron”.
“Fernando cuando venía a mi casa no hablaba, no decía una palabra. Mi hija siempre lo presentó como un amigo”, recordó Marcelo y agregó: “Yo le pregunté muchas veces si eran novios y me dijo que no. Nunca me lo presentó como novio. Luego se separaron, ella salió con otros chicos, pero iban y volvían”.
Por su parte, la madre de Nahir dijo: “En el 2015 fue de vacaciones con nosotros a Brasil y no cruzamos ni una palabra. No hablaba con nosotros. Le teníamos que preguntar a Nahir para que ella le pregunte”. Además, añadió que nunca se conocieron con la familia Pastorizzo.
“Nosotros respetamos el dolor de los padres de Fernando y les pido perdón mil veces”, agregó Fernando, y concluyó: “Ayer vimos a mi hija, ella está destruida, abatida. Solo nos pidió un libro para leer. Nosotros la vamos a acompañar hasta donde sea para que salga adelante y que termine sus estudios”.