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México DF. Las manifestaciones de protesta por la desaparición de 43 estudiantes en México cobraron anoche un marcado tono antigubernamental con exigencias de que renuncie el presidente Enrique Peña Nieto, quien cumplió dos años de su mandato sexenal.
Al grito de “Fuera Peña” se realizó una marcha en Ciudad de México, encabezada por familiares de los desaparecidos y estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, a la que pertenecen las víctimas.
En la marcha, del Zócalo (plaza central) al monumento conocido como Ángel de la Independencia, participaron miles de personas que portaban pancartas que repetían por escrito los gritos constantes de “Fuera Peña” y “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
Una vez en el Ángel, los padres de los desaparecidos hicieron pronunciamientos en los que prometieron continuar su movimiento.
“No descansaremos hasta que nos entreguen vivos a nuestros hijos y sus madres, a dos meses de desaparecidos, no dejan de llorar y por eso no vamos a dejar de luchar”, dijo Clemente Rodríguez, del comité de padres de familia de Ayotzinapa.
Asimismo, exigió la renuncia de Peña Nieto por “su ineptitud” para resolver el caso de los estudiantes desaparecidos el 26 de setiembre en Iguala, estado de Guerrero, a manos de policías corruptos y miembros del crimen organizado.
A su vez, alumnos de diversas instituciones de educación superior leyeron un comunicado en el que criticaron la política neoliberal y denunciaron la represión contra las expresiones antigubernamentales.
Enunciaron cinco puntos que resumen sus demandas: presentación inmediata de los estudiantes desaparecidos, juicio y castigo a los responsables, alto a la represión, libertad inmediata a todos los presos políticos y, por último, el ya ubicuo “fuera Peña”.
Como ha ocurrido en otras manifestaciones relacionadas con las desapariciones, al terminar la protesta se produjeron incidentes de violencia por parte de unos 50 encapuchados que destruyeron vitrinas de numerosos comercios y cajeros automáticos de bancos.
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Foto: Reuters
La policía antidisturbios de la capital intervino con macanas y gas lacrimógeno, con resultado de cuando menos tres personas lesionadas, dos mujeres y un hombre que en imágenes difundidas por medios locales aparecían con heridas sangrantes en la cabeza.
Pero si hasta ahora los familiares y sus simpatizantes se habían distinguido claramente de los llamados anarquistas que perpetran actos de violencia, la distinción se difuminó en una manifestación realizada ayer en Chilpancingo, capital del sureño Guerrero.
Otro grupo de padres de los desaparecidos encabezó una protesta en la que unas 300 personas hicieron pintas en edificios.
Algunos participantes encapuchados, que blandían palos y artefactos incendiarios, quemaron tres autos de la Fiscalía estatal y destruyeron otros 20 vehículos.
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Foto: Reuters
Durante la manifestación, la madre de uno de los desaparecidos declaró por altavoz que este es el inicio de “otra lucha” más intensa, y advirtió que si no les regresan vivos a sus hijos van a continuar los ataques.
Felipe de la Cruz, portavoz de los padres, dijo que la protesta refleja la rabia de las familias que no han recibido respuesta sobre el destino de sus hijos.
México vivió ayer una nueva jornada de marchas y bloqueos en unas 60 ciudades de todo el país para protestar por la desaparición de los 43 alumnos de Ayotzinapa.
Para tratar de contener la marea de descontento, Peña Nieto envió hoy al Congreso una iniciativa de reformas constitucionales en materia de seguridad, en medio de un desplome del nivel de aprobación a su Gobierno de 50 a 39 % en el último cuatrimestre, de acuerdo con un sondeo publicado hoy.
En acto público celebrado en el suroriental estado de Chiapas, el gobernante dijo hoy que el caso de Ayotzinapa “marca un antes y un después” y “exhibió las vulnerabilidades que tienen, particularmente, los Gobiernos municipales”.
Además de la desaparición de los estudiantes, su imagen se va visto perjudicada por la muerte de 22 civiles el 30 de junio en el municipio de Tlatlaya, central Estado de México, en lo que el Ejército dice que fue un enfrentamiento con criminales y testigos aseguran que fue una masacre.
Aunado a estos acontecimientos, el presidente hizo público su patrimonio personal en días recientes, en respuesta a la polémica sobre el origen de una lujosa mansión de su esposa, Angélica Rivera, que ha caldeado más los ánimos.
Fuente: EFE