Por Ignacio Fernández Podestá
Militares en las calles, toque de queda, manifestaciones violentas, represión por parte de carabineros, estaciones de trenes incendiadas e incertidumbre son algunas de las características que describen lo que experimenta Santiago de Chile en los últimos días.
La crisis en Chile comenzó cuando, por recomendación de expertos del Transporte Público, el gobierno de Piñera decidió aumentar el pasaje del Metro de Santiago en 30 pesos. Esto generó masivas protestas por parte de un gran número de ciudadanos. Con el correr de las horas las manifestaciones se fueron recrudeciendo y se convirtieron en el peor estallido social desde que el país sudamericano regresó a la democracia.
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En este complejo y convulso panorama que vive Chile, El Comercio conversó con peruanos que residen en la capital desde hace más de 18 años, con el objetivo de saber cómo enfrentan este caos social.
Miguel Rafael, presidente de la Asociación de Trujillanos Residentes en Santiago, cuenta que si bien la vida de los peruanos se desarrolla de manera normal, su negocio de panadería, cerca al centro de la capital, se ha visto afectado por el toque de queda y los saqueos.
“Mantienen un trabajo y son gente de bien (peruanos). Ahora que han decretado toque de queda la mayoría está en su casa. No salen a protestar. Son gente tranquila de trabajo y de emprendimiento. No se ha dado ningún inconveniente”, sostuvo Miguel Rafael, trujillano en Santiago desde hace más de 18 años.
Además, indica que su panadería ubicada a un kilómetro del centro de Santiago se ha visto afectada por el toque de queda y los saqueos. “El negocio lo atendía hasta las 10 de la noche. Ahora a las 5 o 6 de la tarde tienes que cerrar por el toque de queda. En los alrededores se registran saqueos. Entonces, uno tiene que prevenir y cierra temprano”, puntualizó.
Rafael también rechazó la violencia por parte de un sector de los manifestantes. “Yo acepto la protesta, pero no los desmanes. La protesta que están haciendo es justa. En Chile ya no se puede vivir. La gente vive con deudas, deudas y más deudas”.
El presidente de la Fundación San Martín de Porres, Ernesto Surco, declaró que gran parte de la comunidad peruana tiene preocupación por el tenso clima político y social que atraviesa Chile.
“Todos los peruanos que yo conozco están preocupados por la situación, preocupados porque no alcanza la plata, hay que trabajar mucho más, pero dentro del confort que vivimos, lo poco y nada que nos puede dar el gobierno, estamos tranquilos”, sentenció Surco, natural de San Juan de Marcona y que vive en Chile hace más de 28 años.
Ernesto Surco confiesa que tras las protestas de estos últimos días no ha podido ir a trabajar.
“Yo normalmente trabajo casi independiente en algunos momentos. Soy pintor y cuando tengo contrato salgo a trabajar. Y cuando no, estoy buscando. Ahora tengo uno, pero ya desde el día jueves que empezaron los problemas, se habla con los dueños y no se va a trabajar hasta que se acomode el sistema”.
El presidente de la Fundación calificó la situación en las calles de “caos terriblemente grande”. “Nunca en la vida se ha visto quemar 40 supermercados, estaciones de metro, vagones”.
Finalmente, Surco dijo que se vio sorprendido por la presencia de militares en las calles.
"Pensábamos que iba ser algo fuerte como el tiempo del golpe o después del golpe porque yo llegué a Chile desde 1987 y era muy dura la policía. Incluso, cuando salían los ‘milicos’ a las calles era bastante complicado. Entonces, ahora igual fue duro como estar en un estado de sitio y es como ver a los militares en las calles y decir: ‘¿van a empezar a matar?’. Porque aquí se tiene ese estigma que ven militares en las calles y mata. No es como el policía que tiene una preparación distinta a un militar ", sentenció.
Como medida de protesta al alza del precio del Metro, los estudiantes de Chile empezaron a realizar “masivas evasiones” en las estaciones. El último viernes la situación se tornó violenta en las principales calles de Santiago.
Los medios de comunicación mostraban estaciones del Metro de Santiago quemadas y ataques a importantes edificios públicos. Piñera tuvo que decretar el Estado de Emergencia para que los militares tomarán el control de la situación.
El clima no cambió y se dispuso el toque de queda en varias zonas de Chile. Hasta el momento se ha informado que existen al menos 18 muertos y que los daños ocasionados al Metro de Santiago ascienden en US$ 300 millones.
Uno de los fallecidos fue identificado como Renzo Barboza, peruano de nacimiento y que se encontraba en medio de un incendio en un local comercial la madrugada del domingo, según publicó la Televisión Nacional de Chile (TVN).
A nivel internacional, Human Rights Watch (HRW) solicitó al gobierno chileno a que se respete los derechos humanos al momento de controlar las protestas.