San Salvador, AP
La tregua entre las pandillas salvadoreñas que ayudó a disminuir el índice de homicidios en el país se estaría agotando, afirmó el director de la policía, debido a que en las últimas semanas se incrementó la cifra de homicidios atribuidos a las llamadas maras.
Rigoberto Pleités destacó que tan solo el fin de semana del 22 y 23 de febrero se reportaron 30 asesinatos en un solo día, “lo que nos lleva a nosotros a concluir que este tema de la tregua se está agotando”. Y en el último fin de semana hubo 21 homicidios, en su mayoría atribuidos a los pandilleros, agregó.
“No puedo dar por hecho de que [la tregua] está terminada, porque eso no es un tema de la policía, [pero] esa es la percepción que tenemos en atención a los resultados, o a los índices de homicidios generados sobre todo este mes”, afirmó.
El jefe policial reveló que entre el 1 de enero y el 1 de marzo se registraron 501 asesinatos, 106 más que los contabilizados en el mismo período del 2013.
“Nosotros consideramos que ese pacto [entre las pandillas] prácticamente ya no existe”, señaló.
Más del 50% de los homicidios que se cometen en el país se atribuyen a las pandillas, y el 35% de las víctimas corresponde a miembros de esas estructuras criminales.
En la primera semana de marzo del 2012 los líderes de las pandillas Mara Salvatrucha MS13 y Barrio 18 acordaron una tregua para bajar la cifra de muertes violentas, luego de que en esa época se registraban al menos 14 muertes por violencia al día. Dicho alto en las hostilidades se alcanzó con la intermediación del obispo castrense y policial, monseñor Fabio Colindres, y del ex guerrillero Raúl Mijango en representación de la sociedad civil.
Según los registros de la policía, en el 2012 se contabilizaron 2.543 homicidios, y en el 2013 se registraron 2.492 muertes violentas.
En El Salvador, las pandillas establecidas en populosos barrios del país están integradas por más de 70.000 jóvenes y adolescentes. Más de 10.000 están presos.
Según un censo del Ministerio de Justicia y Seguridad, se estima que los pandilleros y sus familias llegarían a 470.242 personas, y que casi el 10% de la población tiene relación con las pandillas o vive de ellas.