San Salvador (Reuters/EFE)
El sacerdote español Antonio Rodríguez, muy activo en la reinserción social de pandilleros pero acusado de introducir objetos no permitidos en las cárceles, fue condenado a dos años y medio de prisión, aunque podrá cumplir su condena en libertad, dijo la fiscalía.Rodríguez, miembro de la congregación pasionista, fue detenido a finales de julio por introducir teléfonos celulares en dos prisiones, los cuales llegaron a manos de pandilleros, y por complicidad con el cabecilla de una banda que habría ordenado homicidios.Sin embargo, el padre Toño, como se le conoce, no será encarcelado pues la condena es menor a 3 años.
“Aplicando la posibilidad de la suspensión condicional de la ejecución de la pena, el señor juez ha tomado a bien sustituirle la pena de prisión por el cumplimiento de medidas”, dijo Alvaro Rodríguez, fiscal del caso.
El fiscal general del país, Luis Martínez, dijo el sábado pasado que Rodríguez confesó su apoyo a las pandillas salvadoreñas y acordó colaborar con la justicia para facilitar su proceso.Como parte de las medidas sustitutivas, Rodríguez no podrá visitar ningún centro penitenciario, ni tener ningún tipo de comunicación con pandilleros, detalló la fuente de los juzgados. Las medidas no implican restricciones migratorias, por lo que el padre puede cumplir la sentencia dentro o fuera del país.
“(Voy a) descansar dos años como lo ha pedido el país”, dijo escuetamente Rodríguez a la prensa al salir del tribunal.En El Salvador, el código penal prohíbe el ingreso de celulares o dispositivos electrónicos a las prisiones, debido a que los pandilleros los utilizan para cometer extorsiones y ordenar asesinatos.Las investigaciones del Fiscalía indicaron que Rodríguez habría ingresado teléfonos en cárceles de las ciudades de Izalco y Cojutepeque, donde permanecen líderes de la pandilla Barrio 18.